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 Por Eloisa Larrea* //

Es fundamental reconocer que al discutir sobre tecnología, también estamos abordando la explotación de recursos. La inmediatez y las dinámicas del capitalismo a menudo ocultan los complejos procesos de producción detrás de la tecnología. Cuando mencionamos plataformas digitales o "la nube"[1], rara vez consideramos los recursos necesarios para su funcionamiento. Sin embargo, estas plataformas involucran procesos de producción que demandan tiempo, trabajo humano y el uso de recursos naturales.

Cuando nos referimos a "la nube", podemos identificar dos relaciones distintas. En primer lugar, está la relación con las plataformas que ofrecen servicios digitales, plataformas que necesitan un depósito digital para almacenar datos y ofrecer sus servicios, función que cumple "la nube". La otra relación se establece con los centros de datos, que son la infraestructura física detrás de "la nube". En resumen, "la nube" actúa como un depósito digital para almacenar y procesar datos, mientras que los centros de datos proporcionan la infraestructura material para hacerlo posible.

Se han desarrollado sistemas que operan de manera continua para evitar interrupciones en los servicios. Estas infraestructuras están diseñadas con una alta redundancia, lo que implica que si un sistema falla, otro está listo para tomar su lugar de inmediato. Este enfoque garantiza que los usuarios no experimenten interrupciones en sus servicios, evitando esperas y ansiedad. En resumen, se han creado máquinas que no paran.

“... sólo entre un 6% y un 12% de la energía consumida por los data centers se dedica a procesos de cálculo activos. El resto se destina a la refrigeración y al mantenimiento de cadenas y cadenas de dispositivos de seguridad reiterativos para evitar costosos tiempos de inactividad” (Paz Peña, 2023).

Los centros de datos requieren sistemas de refrigeración, y entendemos que estos sistemas pueden variar según la ubicación y el tamaño. En algunos más pequeños en los que se utilizan sistemas de aire acondicionado para la refrigeración, lo que resulta en un alto consumo de energía eléctrica. Este parece ser el caso de los centros de datos en Bolivia. Sin embargo, en lugares donde hay centros de datos más grandes, se prefiere un sistema de refrigeración con agua dulce tratada para evitar daños corrosivos en los componentes electrónicos. Esta tendencia aleja a los centros de datos cada vez más de los acondicionadores de aire convencionales, ya que el agua resulta ser una opción más económica.

“Así, nos encontramos que un centro de tamaño medio utiliza entre 80 y 130 millones de galones de agua al año para esos fines, según diversas estimaciones del sector.También consume agua, indirectamente, a través de la generación de electricidad no renovable” (Paz Peña, 2023).

Todo esto nos lleva a reflexionar sobre el impacto que la utilización de tecnologías de comunicación está teniendo en la huella hídrica. Cuando dirigimos preguntas simples al ChatGPT como "¿cómo estás?", estamos consumiendo recursos naturales en su centro de datos de forma inadvertida y ¿con qué propósito? Esta indagación resalta la importancia de considerar el impacto ambiental de nuestras interacciones digitales. Al contemplar la gestión de recursos en la infraestructura tecnológica, resulta evidente la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles y conscientes. Aunque hay iniciativas de centros de datos que utilizan energías limpias o están situados en lugares donde la temperatura es baja para crear un sistema de refrigeración natural, es fundamental promover la eficiencia energética y exigir la responsabilidad de las grandes empresas tecnológicas sobre cómo reducir el consumo de agua e implementar tecnologías eco-amigables para atenuar el impacto ambiental de nuestras actividades en línea. Al hacerlo, podemos avanzar hacia un uso más responsable de la tecnología y contribuir de manera positiva a la preservación del medio ambiente.


[1] "La nube" hace referencia a los servidores a los que se accede a través de Internet, y al software y bases de datos que se ejecutan en esos servidores. Los servidores de la nube están ubicados en centros de datos por todo el mundo.

*Investigadora y analista de proyectos de Fundación InternetBolivia.org

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