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Tiempos electorales no son los de hoy ni los de hace un mes, tiempos electorales han sido los últimos 13 años... No hubo un momento en que dejáramos de vivir en un ambiente político polarizado... Vivimos en un país donde las palabras y acusaciones van y vienen; sin embargo, esas palabras no están pudiendo apagar las llamas de las necesidades del día a día... Vivimos en un país donde esas palabras no tienen el poder del agua suficiente para apagar un incendio de verdad, de esos que queman, de esos que matan.

No hay que ser oficialista para darse cuenta de que el actual Gobierno hizo cosas buenas por el país. Pero tampoco hay que ser opositor para ver que en muchas necesidades diarias de las y los ciudadanos, la administración de Evo Morales se aplazó en estos 13 años. Por eso ahora la prisa de mostrar frutos y evidencias de que sí se hace mucho por la salud entregando equipos y aprobando leyes. Por eso la prisa de demostrar que se está al frente de las marchas que demandan el cese de la violencia contra la mujer. Por eso la prisa de exhibir la palabra "pacto" allá donde no hubo diálogo.

Sin embargo, tal parece que en dicha lista de los "pendientes de último momento" se tendrá que añadir la falta de un sistema eficiente para apagar las llamas de verdad cuando estas se presentan. Es cierto que estas han devorado lo que han encontrado en países que incluso cuentan con óptimos sistemas de protección. Sin embargo, lo que se está viendo en Santa Cruz es una serie de deficiencias y lentitud en las reacciones a la hora de luchar contra el fuego.

De acuerdo a la Ley de Gestión de Riesgos de 2014, el municipio es el primero que tiene que reaccionar cuando se produce un incendio, desplegando su personal y equipo para apagarlo. Si no puede solo, deben intervenir instancias departamentales como las gobernaciones y las nacionales. Sin embargo, los tiempos de esta reacción debieran ser rápidos, no los de un político sentado, porque las llamas no piden permiso, no esperan, no hacen cola, no vuelven a la semana siguiente para seguir atacando.

Somos, y hay que reconocerlo, lentísimos como país para reaccionar cuando de riesgos se trata. Y no vamos a hablar de naturales porque, para empezar, estos suelen ser provocados. Y no se trata de echar culpas a diestra y siniestra para ver qué instancia de Gobierno fue más lenta o ineficiente. Las y los ciudadanos tampoco estamos preparados para este tipo de riesgos, a pesar de que el artículo 19 de la Ley 602 indica que tenemos derecho a "recibir información oportuna y efectiva sobre la probabilidad de ocurrencia de desastres de origen natural, socio natural, antrópico y tecnológico, y sobre los medios adecuados de prevención, mitigación, preparación, alerta, respuesta, rehabilitación y recuperación. Participar en las actividades que comprende la gestión de riesgos. Recibir del Estado atención oportuna ante la presencia de un fenómeno adverso". Usted, señor, señora, joven...¿sabe cómo actuar frente a un incendio?

Cada ministerio del Gobierno, pero también Gobernación, Alcaldía y, en general, ciudadanos y ciudadanas tenemos un papel que cumplir cuando de riesgos se trata. Sin embargo, el mismo no es normalmente conocido. Seguramente muchas personas ni siquiera saben de la existencia de la Ley 602 y de otras leyes. Frente al desconocimiento, mayor la lentitud en la reacción.

Hasta este último sábado, 400 mil hectáreas de vegetación habían sido devoradas por el fuego en Santa Cruz (equivalen a nueve veces la mancha urbana de la capital cruceña). Había 297 nuevos focos de quema. No llovía y, más bien, los vientos impulsaban las llamas. Dos helicópteros debían estar en sus intentos de apagar las llamas; pero uno necesitaba mantenimiento y al otro le faltaba gasolina. ¿No le suena a usted conocida esta historia? La Gobernación quiere que se dé con los culpables. ¿Y la alerta temprana? El agua para abastecer a dichas naves no estaba cerca de los núcleos del fuego y acceder por vía terrestre con cisternas es difícil y peligroso. ¿No ha escuchado usted esto antes? Se cree, además, que el incendio fue provocado. ¿Cuántas veces escuchó decir esto donde usted vive? Recién hoy, lunes 19, se iniciará la búsqueda de los culpables cuando el fuego ya arrasó casi medio millón de hectáreas.

Una de las diferencias entre el incendio en Santa Cruz y los que se producen en otros departamentos de Bolivia es la magnitud del actual. Sin embargo, los problemas de fondo que no son solucionados desde hace muchos años son los mismos. De hecho, Cochabamba soporta a diario incendios y se lo sabe porque existe una plataforma en WhatsApp llamada Tunari sin Fuego en la que se puede visualizar cada día las alertas y también el trabajo diario silencioso de voluntarios y bomberos que incluso usan taxi, minibuses y buses para trasladarse hasta los focos de incendio porque no cuentan con lo básico y necesario para trabajar.

No se puede decir que los medios de información no hayan hecho, en buena parte, su trabajo. Hace unos días, una canal de televisión mostraba, en Cochabamba, uno a uno los equipos con los que cuentan los bomberos. En el recuento, eran más los que no funcionan que los que sirven. No es primera vez que un medio hace este ejercicio. El presentador, ya molesto, emitió opinión al respecto. Periódicos han mostrado en titulares grandes y en fotos de todo tamaño lo que acontece; pero a nadie que tenga el poder de hacer algo se le mueve un pelo. Solo algunas y algunos ciudadanos han estado donando mochilas para agua, guantes y otros implementos que las y los voluntarios necesitan para apagar el fuego.

Sin embargo, la historia ha demostrado que la inacción puede pagarse en las urnas. Las y los ciudadanos pueden terminar, con su voto, castigando a los unos y los otros. Por eso, cuando en las encuestas de intención de voto aparecen altos porcentajes de No sabe o no responde, habrá que preguntarse si es porque realmente la o el ciudadano no sabe por quién votar o, más bien, será porque no encuentra por quién votar...

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