Por Guiomara Calle para Guardiana (Bolivia)
Lunes 31 de enero de 2022.- “La mujer es para la cocina y para el ganado”, “la mujer debe obedecer al marido”, “me pega porque me quiere”, son algunas de las frases que reflejan una preocupante realidad en Viacha y que son escuchadas constantemente por los funcionarios del Servicio Legal Municipal Integral (SLIM) cuando intentan hablar sobre derechos de mujeres y la Ley 348 a su población, sobre todo en la parte rural. El trabajo es complejo, pero las autoridades viacheñas apuestan por invertir su presupuesto en la información y la alianza con pueblos indígenas. Un informe nacional destaca su alta ejecución presupuestaria.
A 36 kilómetros de la ciudad de La Paz está Viacha, un municipio que registró 80.724 habitantes en el Censo de 2012; aunque la estimación actual es de 180.000 personas, según su alcalde Napoleón Yahuasi, basado en los diagnósticos que realizaron en los últimos meses para proyectar obras y construcciones. “Hemos crecido en 120 por ciento en casi 10 años y eso significa más desafíos y preocupaciones”.
Precisamente, una de las preocupaciones es la lucha contra la violencia hacia la mujer y el aumento de casos atendidos en el SLIM. En 2017 este municipio reportó 107 denuncias, en 2018 fueron 118 y en 2019 se llegó a 226. Sin embargo, lo que pasó en los dos últimos años dejó sorprendidos a los funcionarios porque las cifras casi se duplicaron al subir de 218 casos en 2020 a 403 en 2021, un número que no se vio antes en los registros y pese a la pandemia de la Covid-19 que ocasionó en algún momento la paralización de actividades. En el desglose de casos se lamentan tres feminicidios el 2021 y se evidencia que la violencia en la familia y la violencia psicológica son los problemas más recurrentes en la vida de las viacheñas.
Betania P.C., de 26 años, figura en estas cifras. Ella acude una o dos veces por semana al SLIM para hacer el seguimiento de la denuncia que interpuso contra su expareja en noviembre de 2021. Ella le contó a Guardiana que hace 10 años salió de la casa de sus padres muy enamorada para formar una familia con el hombre que eligió, pero con el pasar de los años él se volvió agresivo y los maltratos verbales pasaron a los golpes, lo que suele ocurrir en los denominados círculos de violencia que empiezan con agresiones psicológicas y terminan con violencia física. La gota que derramó el vaso ocurrió el mismo mes de la denuncia, cuando él llegó en estado de ebriedad a su casa y la golpeó delante de sus tres hijos, de cuatro, seis y nueve años, al punto de arrastrarla de los cabellos por toda la casa.
“Ese día lo he denunciado, ya me habían aconsejado hacerlo, pero a veces por miedo una no lo hace. No me dejó llevarme a mis hijos, tuve que llamar a mis papás y hasta a ellos los insultó. Me he dado modos para sacar a mis hijos a los dos días y ahora vivo con el miedo de que me los quite porque ya lo hizo una vez aprovechando que estaban solos con mi mamá mientras yo trabajaba. Eso no le gustaba a él, que yo trabaje, por eso peleábamos. Solo quiero que se haga justicia y él pase pensiones a sus hijos”.
Betania P.C., viacheña de 26 años víctima de violencia
Ella ayuda a los agricultores de la zona con el fin de ganar el sustento para sus hijos y en el mejor de los casos consigue 50 bolivianos por día. Por la denuncia de violencia y exigir el cumplimiento de la asistencia familiar enfrenta amedrentamiento, insultos y una contradenuncia por la custodia de sus niños, en la que su expareja le exige una pensión mínima de 2.000 bolivianos.
Isidora C.Q., de 52 años y madre de Betania, acompaña casi siempre a su hija al SLIM por temor a que se tope con su expareja. Ella asegura que su exyerno nunca trató bien a sus nietos y que la contrademanda por la custodia y la pensión son chantajes para que su hija vuelva a la relación, pues el dinero no sería problema para él porque trabaja en una empresa telefónica importante. “Una vez me quitó a mi nieto más chiquito, el de cuatro añitos, se lo ha llevado y me ha gritado que ahora mi hija le tiene que dar pensiones o volver a su casa. No entiendo cómo pueden existir hombres así”.
UN MACHISMO ENRAIZADO
El comportamiento de la expareja de Betania es la consecuencia de un machismo enraizado en Viacha y Bolivia en general, un problema que actualmente es enfrentado con la mejor arma que las autoridades de este municipio pudieron encontrar: la información y difusión de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia (348), a través de talleres que llegan con mayor incidencia a las comunidades rurales del municipio, explica Rossmery Paco, responsable del SLIM para los distritos 1, 2 y 3.
Viacha está conformado por cinco distritos: cuatro urbanos (1,2, 4 y 5) y uno rural (3). En este último hay 63 comunidades, de las cuales llegaban escasas denuncias de violencia al SLIM y no precisamente porque no hubiesen existido casos, sino por el desconocimiento de las 16 formas de violencia reconocidas legalmente en Bolivia y la dominación masculina, aclara Paco.
“En el Distrito 3 es donde tenemos problemas por la falta de conocimiento de la Ley 348. Es un área rural y dispersa, donde las señoras siguen arraigadas a las costumbres y al patriarcado. Vemos que no saben qué es violencia, incluso hemos encontrado señoras que naturalizan al extremo la violencia y repiten ese dicho bien trillado que dice: ‘Me pega porque me quiere’. En esta área tenemos esas costumbres, donde solo el hombre toma la decisión y la mujer, como no conoce sus derechos, es sometida y no denuncia”.
Rossmery Paco, responsable del SLIM para los distritos 1, 2 y 3
El área urbana no vive en ese extremo, pero eso no significa que esté libre del machismo. Por la cercanía, los funcionarios municipales difunden con mayor facilidad la información y las mujeres ya identifican lo que es la violencia. “Ellas llegan y dicen ‘a mí no me pueden tocar’, ‘a mí no me puede hacer eso’, ‘hay un SLIM en el municipio, así que voy a ir a denunciar’. Percibimos conocimiento en el área urbana, pero de que nos falta llegar rincón a rincón sí, es evidente eso. Pero ya hay conocimiento, es un avance”, resalta Paco.
UNA BATALLA CON INFORMACIÓN, DENUNCIAS Y ALIANZAS
Para el alcalde Yahuasi, que las denuncias casi se hayan duplicado entre 2020 y 2021 no es del todo negativo, pues considera que la violencia siempre ha estado presente en Viacha y en muchos lugares del país porque parte del problema es también la naturalización y la no denuncia de estos delitos.
“Sabemos -dice el Alcalde de Viacha- que estamos encabezando en cifras de violencia, es el reporte que tenemos de algunas instituciones. Pero creemos que el aumento de casos también está relacionado con el trabajo de información y prevención que hemos desplegado, porque a partir del conocimiento de sus derechos, las mujeres han ido acudiendo a las autoridades. Entendemos que es así. Tenemos un presupuesto que lo destinamos a la información de derechos y a la concientización contra la violencia a la mujer, y al SLIM para denunciar. Tuvimos que desplegar los recursos necesarios y esto ha tenido bastante impacto”.
Paco coincide con Yahuasi y asegura que el despliegue del personal está relacionado con el incremento de casos entre 2020 y 2021, y que gran parte de las denuncias proviene ahora del Distrito 3, la zona rural. La Alcaldía de Viacha buscó aliados para ingresar a estas áreas y decidió acercarse a los ejecutivos originarios de las ocho markas indígenas asentadas en las 63 comunidades. No fue sencillo, pero al final estos hombres y mujeres fueron un puente fundamental para llevar el contenido de la 348 a esta población. Un equipo del SLIM se trasladó entre agosto, septiembre y octubre de 2021 a las comunidades, algunas situadas a una hora y otras a tres.
“Comenzamos a dar talleres a los jefes de las ocho markas para llegar al Distrito 3. Ellos se manejan bajo el chacha warmi (hombre mujer), entonces siempre venían acompañados de sus esposas. En el taller les preguntábamos si sabían qué era patriarcado, machismo, y hay que admitir que a momentos había burla cuando nos decían que ‘ahora a las mujeres no se les puede tocar ni un pelo’, que ‘ya no hay caso decirles nada’. Los hombres tenían un criterio uniformado de que la mujer es para la cocina y el ganado, pero de a poco fuimos explicándoles y nos sorprendió que ellos mismos nos invitaran a sus comunidades a replicarlo. La información es poderosa”.
Rossmery Paco, responsable del SLIM para los distritos 1, 2 y 3.
Debido a que los jefes de las ocho markas ocupan el cargo solo por un año, la Alcaldía de Viacha resolvió realizar estos talleres de forma constante y llegar en lo posible a toda la población rural, sin descuidar la información que se difunde en los distritos urbanos, resalta Elías Sanga, quien fue posesionado hace un par de semanas como Director de Género y Gestión Social de Viacha. Para este objetivo ya se capacitó al personal en idioma aymara con el fin de facilitar la información de la Ley 348 en la lengua materna.
“Nuestro alcalde nos informó que este año no escatimará en gastos para el SLIM, con el objetivo de reducir la violencia contra la mujer. Él nos dice que está comprometido con la lucha contra la violencia y tenemos un presupuesto de Bs 242.927 solo para el SLIM y sus actividades durante el 2022. Todos hablamos aymara porque nuestra meta principal es realizar más talleres”, señala Sanga.
VIACHA, UNO DE LOS 4 MUNICIPIOS CON MEJOR EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA
Un informe del Ministerio de Justicia, denominado “Estado de situación de la violencia contra las mujeres en Bolivia 2021” y publicado en febrero de 2021, destacó a Viacha y lo colocó entre los cuatro municipios de categoría D (con más de 50.000 habitantes y 11 concejales) con mejor ejecución presupuestaria para la aplicación de la Ley 348, después de Trinidad, La Paz y Sucre, en ese orden.
En 2018, la ejecución presupuestaria de Viacha llegó al 79,7% (Bs 74.501) de un total de Bs 93.461 destinado a la aplicación de la 348; en 2019, al 95,7% (Bs 436.021) de Bs 455.655; y en 2020, al 73,2% (Bs 305.811) de Bs 417.706. El porcentaje promedio de ejecución de este municipio es de 82,9%, según dicho informe. Trinidad llegó al 88,5%; La Paz, al 84,8%; y Sucre, al 83,8%.
La Ley 348, de marzo de 2013, establece la obligatoriedad de que las Entidades Territoriales Autónomas (ETA) asignen presupuesto para la aplicación de dicha norma. De forma puntual, el artículo 14 de la Ley 348 indica que las ETA deben incorporar en su Planificación Operativa Anual y presupuestos acciones específicas para la aplicación de la norma.
El Decreto Supremo 4012, de agosto de 2019 y que modifica el Decreto Supremo 2145, de octubre de 2014, señala en su artículo 13 que "los gobiernos autónomos de municipios y de autonomías Indígenas con menos de 15.000 habitantes y con una población igual o mayor a 15.000 habitantes utilizarán al menos el 15 por ciento y 20 por ciento, respectivamente, del total de los recursos del IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos) de Seguridad Ciudadana, para actividades de prevención contra la violencia hacia las mujeres, niñas y adolescentes; financiamiento de infraestructura y equipamiento para los SLIM y/o casa de acogida; mantenimiento y atención en los SLIM para mujeres en situación de violencia y sus dependientes. La norma anterior establecía solo un 10 por ciento.
Rudy Alvarado, secretario de Administración Financiera de Viacha, asegura que el presupuesto relacionado con la aplicación de la Ley 348 se ejecuta al pie de la letra y que la lucha contra la violencia cuenta incluso con otras partidas presupuestarias provenientes de los recursos de coparticipación tributaria, además de las asignadas al SLIM por el IDH; aunque en ese momento no tenía a mano el desglose específico de éstas. Aclara que si bien en las oficinas del SLIM funciona también la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA), el presupuesto para la última es diferente y separado.
El Director de Género y Gestión Social de Viacha destaca que su municipio cuenta con un SLIM completo, con trabajadores sociales, psicólogos y abogados. En total son 15 funcionarios en dos distintas oficinas, una está más cercana a los distritos 4 y 5, y la otra, que es la más grande por atender los casos de los distritos 1, 2 y 3, se trasladó recientemente a nuevos predios cercanos a la plaza principal del municipio.
Paco, responsable de esta última oficina, indica que al contar con un SLIM completo, los municipios aledaños como San Andrés de Machaca, Santiago de Machaca y Guaqui les envían sus casos para las evaluaciones. “Nos sorprende Guaqui, que es un municipio grande ubicado a dos hora y media. Con esto nosotros notamos que como Viacha sí le estamos dando la importancia y prioridad a la lucha contra la violencia en comparación a otros porque nos está tocando cargar con sus casos”.
LOS DESAFÍOS PARA EL MUNICIPIO
El desafío más grande para Viacha en términos de infraestructura es edificar un albergue transitorio para mujeres, pues la falta de espacio obliga a los funcionarios a remitir a las víctimas a los predios de la Fundación Esperanza de Vida, que abrió su refugio para estas situaciones hace un año, o a la ciudad de El Alto. Para ello se analiza el tema presupuestario. El alcalde Yahuasi apunta también a aumentar más personal en el SLIM y separar definitivamente la atención de la DNA en esta gestión.
“Nuestro objetivo es erradicar la violencia contra la mujer, al menos reducirla este año, y tener una cobertura máxima en la información de sus derechos. Las denuncias demoran en la Fiscalía y los juzgados, es un calvario para ellas, falta recurso humano en estas instancias. En este momento trabajamos en un protocolo para acortar plazos y hacerlo de cumplimiento vinculante para que sea acatado por los servidores públicos que están en la tarea de proteger a las víctimas”, anuncia la autoridad municipal.
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