Por Guardiana (Bolivia), foto de Esther Mamani
Martes 19 de abril de 2022.- Ocho hospitales públicos de tercer nivel y siete de la Caja Nacional de Salud (CNS) con servicio de oncología no reúnen las condiciones para dar una atención de calidad a las y los pacientes con cáncer: tienen deficiencias en infraestructura, recursos humanos, equipamiento, dotación de medicamentos y carecen de acreditación, lo que no garantiza una buena atención a quienes padecen esa enfermedad.
Ese es el resultado de la evaluación que la Defensoría del Pueblo hizo conocer en la presentación de su informe “Las Unidades de Oncología desde una Mirada de Derechos Humanos. Situación de vulnerabilidad de las y los pacientes con cáncer en el Sistema Nacional de Salud”.
“Mi persona padece de cáncer y aun así me tienen más de un año esperando para poder operarme en oncología quirúrgica. Este problema de demora se da porque cada vez cambian de médicos y lo único que nos indican es que recién van a firmar los contratos. Además, nos dicen que no hay muchos médicos especialistas y eso también nos hace demorar. Ellos piensan que nuestra vida es un juego (…) Lo peor de oncología quirúrgica es que para poder ser operados nos piden una tomografía con contraste que cuesta 3.800 bolivianos y eso no lo hace el Hospital de Clínicas”.
Paciente del Hospital de Clínicas de La Paz
En Bolivia, se calcula más de 15.000 personas están registradas en el Programa Nacional de Cáncer. Según el Ministerio de Salud, el tratamiento cuesta entre 80 mil y 150 mil bolivianos al año.
En el documento de la Defensoría del Pueblo se asegura que el sistema de salud público no tiene la capacidad de cubrir la demanda de pacientes que necesitan ser internados, la cantidad de camas es insuficiente para albergar a las personas que buscan un espacio para continuar con sus tratamientos, detalló Nadia Cruz. Aclaró que la situación de los hospitales de la CNS es parecida ya que no cuentan con espacios exclusivos o los servicios son improvisados.
El informe indica que con relación a las salas de internación, ninguno de los ocho hospitales públicos visitados cubre la demanda de pacientes, especialmente en cirugía y servicios ambulatorios de quimioterapia.
El 11 de abril, Guardiana denunció que la lucha contra el cáncer en Bolivia presenta muchos problemas, entre ellos los altos precios de los medicamentos y promesas por parte del Gobierno que no terminan de cristalizarse, ocasionando el empobrecimiento y endeudamiento de los familiares de las personas que padecen de ese mal.
Puede leer tal información en: Sigue la lucha desigual contra el cáncer por los altos precios de fármacos prometidos
Esta información ha sido confirmada por la Defensoría del Pueblo en este último informe, en el que se indica que no existe la suficiente cantidad de medicamentos oncológicos y de terapia del dolor para que sean distribuidos a los pacientes. Esto obliga a quienes padecen la enfermedad a comprarlos con su propio dinero, “lo que afecta su economía por los altos costos y la demora en la devolución de los montos por parte de la CNS”.
Mi nombre es G.R.D.M. Tengo 47 años de edad. (…) Por falta de recursos económicos me registré en el SUS y en febrero de 2020 empecé a recibir tratamiento de quimioterapia en el Hospital Viedma (cada dos semanas); pero yo compraba gemcitabina con un costo de 1.800 bolivianos y capecitabina con costo de 3.080 bolivianos ;(…); Cuando estuve asegurada por mi esposo en la CNS, fui a La Paz para hacerme el tratamiento de radioterapia de manera particular. Me hicieron 30 sesiones por un costo Bs 22.800 bolivianos y en la Caja de Salud me dijeron que no podían devolverme”.
Paciente del Hospital Viedma
“Mi nombre es L.A.T. Tengo 43 años (…) Padezco de cáncer desde hace un año y ocho meses. El saber que tengo la enfermedad ha sido pesado para mi familia, además de las deudas que tenemos. El tratamiento de radioterapia lo tuve que hacer en la ciudad de La Paz y, más o menos, me salió unos 28.000 bolivianos. Durante el tiempo que estuve en La Paz cancelé mi transporte, alquiler, comida y algunos medicamentos que no se encuentran en la Caja”.
Paciente del Hospital Obrero de Tarija
Cruz afirmó que el cáncer no solo quebranta la salud de la persona enferma, sino que también afecta a la familia y su economía. Hizo notar que en el país no hay una política específica de salud mental ni normas particulares al respecto.
Los testimonios recogidos en la investigación (46 incluidos en el informe) dan cuenta de que la palabra cáncer es sinónimo de muerte en Bolivia. En contrapartida, en algunos de los testimonios de pacientes incluidos en el informe hay palabras de reconocimiento al buen trato recibido de pare del personal médico.
La Defensoría del Pueblo está consciente de que esta enfermedad empobrece a las familias y se convierte en una carga económica catastrófica. En el afán de costear tratamientos y medicamentos que no son cubiertos por el SUS o de buscar una atención médica de calidad en el sector privado, las personas enfermas con cáncer que no son aseguradas o beneficiarias, comprometen parte o todo su patrimonio para salvar su vida. A esto se suma la pérdida de sus ingresos por la imposibilidad de acceder a sus fuentes de trabajo para asistir a sus citas médicas o, en el peor de los casos, tener que trasladarse a otras ciudades en busca de hospitales que brinden servicios oncológicos, optando, en algunos casos, por abandonar sus tratamientos.
"En la CNS, no existe un enfoque social en el tratamiento de los pacientes con cáncer, puesto que ni la ASUSS ni el ente gestor consideran la afectación de la enfermedad en el paciente, en su familia y entorno social, convirtiéndolos en parte de la estadística de casos de pacientes con cáncer", sentención Cruz.
Finalmente, se declaró convencida de que el recientemente inaugurado Centro de Medicina Nuclear y Radioterapia en la ciudad de El Alto es una respuesta del Estado a la problemática del cáncer en Bolivia y que así se garantizará el acceso a tratamientos especializados.
"Luego de un mes me hicieron nuevos estudios, los médicos me indicaron que el cáncer estaba en estado inicial. Me enviaron a realizar los trámites para programarme la cirugía. La enfermera encargada de la programación me dice que el número para cirugía que me corresponde es el 140, lo que demoraría, por eso retorné a Cobija, la cirugía tardó un año en concretarse desde la programación".
Paciente del Hospital Obrero de Pando
Infraestructura improvisada
Con relación a la infraestructura de los hospitales de la CNS, el informe de la Defensora interina del Pueblo señala que las unidades de oncología se encuentran en ambientes adaptados e improvisados de construcciones antiguas que no ofrecen atención de calidad a las y los pacientes. Es el caso de los enfermos y sus familiares que asisten al Hospital Oncológico de la Caja, que funciona dentro del Hospital Materno Infantil.
Lista de nosocomios de la Caja Nacional de Salud evaluados por la Defensoría del Pueblo:
- Materno Infantil de La Paz (HODE Oncológico)
- Obrero N°2 de Cochabamba
- Obrero N° 3 “400 camas” de Santa Cruz
- Obrero N°4 de Oruro
- Obrero N°5 de Potosí
- Obrero N°6 Jaime Mendoza de Chuquisaca
- Obrero N°7 de Tarija
Recursos humanos
La reducida cantidad de profesionales especializados para la atención de pacientes oncológicos en los hospitales públicos es otra deficiencia identificada, apuntó Cruz. En el país solo hay 17 oncólogos clínicos y 16 oncólogos quirúrgicos en el sector público.
Apuntó que tanto en los establecimientos públicos como en los de la CNS la ausencia de médicos oncólogos clínicos, quirúrgicos y radioterapeutas es un denominador común. La Caja, a nivel nacional (excepto Potosí, Beni y Pando), cuenta solo con 15 especialistas oncólogos clínicos.
Equipamiento
Los nosocomios de la Caja Nacional no ofrecen servicios para el tratamiento de radioterapia y braquiterapia, y todas las atenciones son realizadas a través de compra de servicios y reembolsos. El informe asegura que ninguno tiene aceleradores lineales para el tratamiento efectivo del cáncer que permita dejar el uso convencional de las bombas de cobalto, “limitando y poniendo en riesgo su salud, ante la inacción de las autoridades de turno de la CNS”.
A esto se suma que la CNS no cuenta con unidades de oncología en los hospitales Obrero N° 8 del Beni y Obrero N° 9 de Pando porque no tienen capacidad instalada para atender casos de cáncer, lo que lleva a las y los asegurados a ser transferidos a otros departamentos para su atención y tratamiento. Además, esto implica que las y los pacientes tengan que estar lejos de sus familiares.
Por ello, no deberá extrañar saber que las personas que tienen cáncer y cuentan con cierta cantidad de dinero, prefieren hacerse tratar en otros países como Chile y Brasil.
Hospitales no acreditados
Nadia Cruz explicó que la investigación defensorial identificó que “en el sector público ninguno de los ocho hospitales verificados que brindan servicios de oncología cuentan con el certificado de acreditación, ni han iniciado el proceso para ello, lo que significa que no se habría realizado una evaluación previa o que no cumplen con los requisitos mínimos como hospitales, institutos u hospitales especializados de tercer nivel de atención, con lo que ponen en incertidumbre la calidad en la prestación de este servicio por la falta de este “‘sello de garantía’”.
Dijo que la situación es similar en los hospitales de la Caja. “Ninguno de los siete hospitales intervenidos cuenta con el certificado de acreditación otorgado por la ASUSS. Dijo que al no contar con el “sello de calidad” no están sujetos a procesos de evaluación, aspectos que van en desmedro del paciente oncológico y no permiten garantizar una atención de calidad”.
Comentarios