Texto Carlos Tellería, foto de portada ABI (Bolivia)
Lunes 11 de noviembre de 2019.- La palabra renuncia retumbó este domingo. La Central Obrera Boliviana (COB), una organización sindical aliada incondicional del Gobierno y la Fuerzas Armadas se sumaron a la avalancha de exigencias de renuncia del presidente Evo Morales para pacificar el país. También comenzaba a desmoronarse el equipo de ministros y otros colaboradores jerárquicos.
El punto culminante llegó a las 16.52. Morales anunció su renuncia en la localidad de Lauca Ñ, en el trópico de Cochabamba, uno de los bastiones del Movimiento al Socialismo (MAS). Estaba acompañado por el vicepresidente Álvaro García Linera y la ministra de Salud, Gabriela Montaño.
Una vez que se produjeron ambos anuncios de renuncia, se manifestaron Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana y el presidente cívico de Santa Cruz, Fernando Camacho. No dejó de llamar la atención que lo hicieran de manera separada y aún más que sus propuestas fueran diferentes. En el primer caso totalmente apegada a la Constitución mediante la sucesión presidencial porque Mesa considera que no hay que darle el gusto a Morales de que tenga con qué argumentar un Golpe de Estado ante el país y el mundo.
Discursos de despedida
En sus discursos de despedida, Morales y García reiteraron una vez más su teoría de que la gestación de un Golpe de Estado fue origen de una situación que derivó en enfrentamientos entre partidarios del MAS y sectores cívicos sociales y políticos que se oponen a la continuidad del Mandatario, en el poder desde 2006.
García Linera dijo que después de las elecciones del 20 de octubre, fuerzas oscuras empezaron a conspirar, quemaron instituciones, organizaron bloqueos de calles, intimidaron a campesinos y golpearon a mujeres con palos. Y la segunda etapa comenzó con el motín policial
Sin embargo, en ese primer momento, ninguno de los dos hizo referencia al informe preliminar de la auditoría de la OEA a las elecciones. El reporte revela que se hallaron graves irregularidades que invalidan los comicios y recomienda convocar a una nueva cita en las urnas, con nuevas autoridades electorales.
Renuncias masistas como dominó
Las renuncias de los colaboradores de Morales tenían distintos motivos, por ejemplo que grupos violentos habían quemado las casas del ministro de Minería, César Navarro, y del presidente de la Cámara de Diputados,Víctor Borda. Este también denunció que su hermano había sido secuestrado.
En horas de la noche se conoció que el ministro de Gobierno, Carlos Romero, también había presentado su renuncia.
De la alegría al miedo
Los sectores contrarios al MAS pasaron de la algarabía por la renuncia al miedo y la zozobra debido a que grupos violentos salieron a las calles al caer la noche, con el fin de cometer actos vandálicos, saqueos y provocaron incendios.
Ya en la tarde se conocía de ataques a empresas, la quema de viviendas de autoridades en la ciudad de Potosí y el ataque a una de las viviendas de Evo Morales en la ciudad de Cochabamba. Comerciantes que tienen sus puestos de venta en La Cancha se reunían en la calle para hacer vigilia y fueron reportados enfrentamientos en algunas zonas de la ciudad.
En la noche se supo del incendio en la casa del rector de la UMSA, Waldo Albarracín, en la ciudad de La Paz. Los vándalos también quemaron al menos 15 buses Pumakatari en el barrio de Chasquipampa.
Otros grupos violentos se habían desplazado por algunas zonas de El Alto. Cerca de las 22.00, personas convocadas por la Federación de Juntas de Vecinos aguardaban el cumplimiento del plazo que los dirigentes habían dado a los cívicos de Santa Cruz y Potosí, y al rector Albarracín para salir del departamento de La Paz.
Sucesión constitucional
El candidato Carlos Mesa dijo que no habría que darle el gusto a Morales para que argumente que su renuncia fue el efecto de un Golpe de Estado y que esto se conseguiría siguiendo la sucesión establecida en la Constitución Política del Estado.
A las 18.00, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, anunció su renuncia a ese cargo. A ella le correspondía tomar las riendas del Estado por sucesión constitucional, pero con su dimisión tendría que asumir esa responsabilidad el vicepresidente de la Cámara Alta, el senador Rubén Medinacelli, pero este legislador también dimitió. Quedaría, entonces, la segunda vicepresidenta Jeanine Áñez, de la opositora Unidad Demócrata.
La legisladora Áñez dijo que apelará a la conciencia de los miembros de la bancada del MAS, que tiene la mayoría en la Asamblea Legislativa, para que se pueda instalar las sesiones que tratarán el caso de las renuncias y luego viabilizar el trabajo que conduzca a devolver la tranquilidad al país.
Solo un acuerdo político puede hacer posible que se encuentren salidas al conflicto, había indicado más temprano el abogado constitucionalista José Antonio Rivera.
Cadena de peticiones
La sucesión de peticiones de renuncia de Morales nació de diversas instituciones políticas y cívicas que ya tenían esa demanda en su agenda de movilizaciones.
La pérdida de apoyo de entidades consideradas leales al Gobierno empezó con la COB. La cúpula sindical afirmó que la organización está al lado del pueblo y hacía un llamado a pacificar el país. Cuando al secretario ejecutivo Juan Carlos Huarachi se le preguntó acerca de los pedidos de renuncia, le sugirió al Jefe de Estado dimitir para tranquilizar a los sectores enfrentados.
Más tarde, un comunicado de prensa de las FF.AA. indicaba que ellas y la Policía son las únicas instituciones autorizadas para portar armas en Bolivia, y que en cumplimiento del mandato constitucional se ha ordenado la ejecución de operaciones militares terrestres y aéreas para “neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la ley”.
Después, a las 15.48, las Fuerzas Armadas se pronunciaron de manera contundente. “Ante la escalada de conflictos que atraviesa el país y velando por la vida, la seguridad y la garantía del imperio de la CPE, en conformidad al artículo 20 de la Ley Orgánica de las FF.AA. y luego de analizar la situación conflictiva, sugerimos al Presidente del Estado que renuncie”.
En el altiplano se observaba despliegue de soldados del Ejército y sobrevuelo de aviones militares. En horas precedentes, caravanas de personas que se dirigían de Oruro hacia La Paz para sumarse a las protestas fueron atacadas por gente armada. Fruto de esas acciones violentas, un minero habría muerto por impacto de bala y otras personas entre mineros y universitarios fueron vejadas.
Poco después de las 16.00, una masiva marcha liderada por los cívicos de Santa Cruz y Potosí llegaba hasta la plaza Murillo y logró ingresar al Palacio de Gobierno, en La Paz, donde los cívicos Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari dejaron la carta de renuncia de Morales junto a una biblia sobre una bandera.
Media hora más tarde, la Cámara de Industria y Comercio reportó que el país habría sufrido una pérdida equivalente al 2% del Producto Interno Bruto por efecto de la crisis, pero comprometió el esfuerzo de la empresa privada para reponer a la economía.
Vocales detenidos
Cerca de las 19.15, el comandante de la Policía Nacional, general Vladimir Yuri Calderón, y el fiscal departamental William Alave, presentaron a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque Quispe, y al exvicepresidente Antonio Costas Silic, acusados de haber pretendido darse a la fuga después de que se hubieran expedido órdenes de aprehensión por delitos electorales. Choque fue detenida disfrazada de hombre. En total, 36 personas que trabajaban en el Tribunal Supremo Electoral y los tribunales departamentales fueron detenidas hasta ayer por la tarde. Aún faltan otras más.
El principio del fin
La historia empezó temprano tras la difusión del informe preliminar de la Organización de Estados Americanos (OEA) que realizó un estudio de auditoría a las elecciones del 20 de octubre. El reporte indica que las anormalidades detectadas invalidan los comicios y recomienda convocar a una nueva cita en las urnas, con nuevas autoridades electorales.
Morales no tardó mucho en reaccionar. No mencionó al informe de la OEA. Anunció que, tras consultas con la COB, el Pacto de Unidad y organizaciones sociales, había decidido convocar a nuevas elecciones, incorporando nuevos actores políticos. También hizo un llamado a los sectores en conflicto a pacificar el país.
Más tarde, dijo a Radio Panamericana de La Paz que quienes sigan preguntando por su renuncia son personas que buscan confrontación y que así consolidan su teoría de Golpe de Estado y que la auditoría tendría más un carácter político que técnico.
Reacciones políticas
Cerca de las 10.30, el candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, dijo que Evo Morales y Álvaro García Linera son los principales responsables de las irregularidades detectadas por la OEA y de la convulsión social, y por ello están inhabilitados para presidir un nuevo acto electoral.
Exigió a la Asamblea Legislativa convocar este lunes a sectores políticos, cívicos y sociales para consensuar un nuevo Órgano Electoral y un cronograma de la nueva elección, incluyendo nuevos actores, que culmine con la posesión de las nuevas autoridades electas el 22 de enero de 2020.
Otro de los actores políticos, la alianza Bolivia Dijo No, se pronunció a través de uno de sus líderes, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas: “El único servicio que Evo Morales le puede haber a Bolivia es su renuncia”.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, entrevistado por el canal estatal, decía que tiene sentido exigir la renuncia del Presidente porque debe cumplir una gestión constitucional (en enero de 2020) y tiene la mayoría de dos tercios en la Asamblea. Opina que si esos pedidos persisten, es que esos voceros opositores no quieren pacificar el país.
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