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Por Darynka Sánchez A. para Guardiana (Bolivia)

Martes 30 de noviembre de 2021.- Lilian Dayana Galindo tenía 18 años cuando un hombre le arrebató los sueños y la vida con 34 puñaladas, en el Día del Amor, el 21 de septiembre de 2016, en Cochabamba. La víctima cursaba el primer año de Ingeniería Civil y algunos meses antes había terminado una relación amorosa con el universitario Rodolfo Delgado Inca, precisamente porque los celos de él eran enfermizos.

La joven incluso decidió cambiarse de universidad para alejarse por completo de su ex enamorado y su madre, Sonia Galindo, la apoyó totalmente. Ambas pensaron que con eso se había resuelto todo, pero Rodolfo Delgado Inca tenía otros planes. El 21 de septiembre, el joven interceptó a Lilian y la obligó a ingresar a una habitación que él alquilaba por la avenida Oquendo y República de la ciudad de Cochabamba.

Los celos y otras actitudes como el control sobre las personas forman parte de una forma de ver el mundo patriarcal en la que el hombre se cree dueño de una mujer.

Una de las primas de la universitaria, preocupada por su ausencia y sospechando del acoso de Rodolfo, fue a buscarla al edificio y lo encontró de frente, cuando él abandonaba la habitación. Le preguntó por Lilian, pero él huyó desencajado. La joven entró al cuarto y descubrió a su prima sobre la cama, completamente ensangrentada, ya sin vida.

La etapa preparatoria del juicio fue difícil, pese a las evidencias. Aconsejado por sus abogados, Rodolfo Delgado se negaba a someterse a una prueba de ADN para identificar los restos de piel que se hallaron debajo de las uñas de Lilian Dayana. Misteriosamente, el contenido del celular de la universitaria “desapareció”, mientras estaba bajo custodia en la Policía. Estas chicanas sí causaron una demora en la preparación del juicio, pero no fue grande.

En octubre de 2017 comenzó el juicio oral en contra de Rodolfo Delgado Inca. El Observatorio de la Fundación Voces Libres se encargó de la defensa de la familia de Lilian Dayana. Sorprendida, la abogada Mercedes Cortez relató que los abogados de Rodolfo Delgado interpusieron una artillería de al menos 80 incidentes durante las audiencias orales.

“Estos abogados intentaron la exclusión del 100 por ciento de las pruebas presentadas por la Fiscalía. Cada vez que se presentaba una prueba, de inmediato, exigían la exclusión probatoria de la misma alegando cuestiones de forma. Si detectaban una palabra sobre escrita, un pequeño borrón por error en un número de un año, intentaban anular esa prueba; aunque había maneras de contrastarlas con otras actas o documentos”.

Finalmente, consiguieron anular 9 pruebas, 2 evidencias y 6 pericias de al menos 80 presentadas por el Ministerio Público, pero, las que quedaron fueron contundentes. En algún momento, incluso pretendieron una exclusión probatoria porque no aceptaban el término pendrive y decían que el dispositivo de prueba debía ser llamado flash memory. "Así de absurdo”, describió Cortez.

Los jueces tuvieron que argumentar el rechazo de cada incidente chicanero.

El 25 de octubre de 2017, Rodolfo fue condenado a 30 años de prisión en El Abra.  Empero, sus abogados no dejaron de interponer recursos con el objetivo de liberarlo antes de que la sentencia sea ejecutoriada, para aprovechar los beneficios de la Ley 1173 de Abreviación Procesal.

Rodolfo Delgado Inca fue sentenciado a 30 años de prisión.

Sonia Galindo, la madre de Lilian, tuvo que usar unas gruesas cadenas y un candado para asegurarse a las puertas del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba y exigir que el feminicida de su hija no fuese liberado. La mirada de los bolivianos se volcó a la dolorosa medida de presión escogida por Sonia para demostrar su desesperación y su cansancio. Ella fue una de las mujeres que, en enero de 2020, viajó hasta La Paz y suplicó, llorando delante de la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, que se modifique la Ley 1173 para que el feminicida de su hija no salga a las calles.

Las lágrimas de impotencia, las marchas, las vigilias afuera de los juzgados, el sacrificio de los viajes, los plantones, además de los encadenamientos de Sonia Galindo, por fin se terminaron hace un año. En el pecho de la madre solo quedan la nostalgia y el dolor de ya no poder abrazar a su niña universitaria.

“Ha sido un calvario de cuatro años, no lo voy a negar. Pero ya se acabó. Ahora solamente me queda aprender a vivir sin ella, creo que eso es lo más difícil”.

Este reportaje está compuesto por los siguientes artículos:

Artículo principal: Las 12 chicanas de abogados de agresores en juicios por violencia contra la mujer

34 puñaladas la mataron y los abogados del feminicida dispararon 80 chicanas

Madre se encadenó porque el juicio del agresor se postergó 3 veces por chicanas

Golpeada por dos feminicidios, lidió con la chicanería y peregrinó 8 años por justicia

Punto de vista: Rivera: Deficiencias en la formación causan que los abogados opten por las chicanas

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