agricultores archivos — Guardiana Ayudar a empoderar a una ciudadana, incluyendo su búsqueda de justicia en los casos de violencia. Wed, 13 May 2020 11:31:47 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.5 https://dev.guardiana.com.bo/wp-content/uploads/2019/03/cropped-g-morado-08-32x32.png agricultores archivos — Guardiana 32 32 Transgénicos: impugnan a miembros del Comité de Bioseguridad y acudirán a la justicia por el decreto de Áñez https://dev.guardiana.com.bo/especiales/transgenicos-impugnan-a-miembros-del-comite-de-bioseguridad-y-acudiran-a-la-justicia-por-el-decreto-de-anez/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=transgenicos-impugnan-a-miembros-del-comite-de-bioseguridad-y-acudiran-a-la-justicia-por-el-decreto-de-anez https://dev.guardiana.com.bo/especiales/transgenicos-impugnan-a-miembros-del-comite-de-bioseguridad-y-acudiran-a-la-justicia-por-el-decreto-de-anez/#respond Wed, 13 May 2020 11:00:00 +0000 https://dev.guardiana.com.bo/?post_type=especiales&p=7552 Una de las determinaciones asumidas en la “Tercera asamblea por los bosques” realizada este martes 12 de mayo, en la que participaron más de 300 personas en representación de diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil autoconvocadas, es interponer acciones y recursos legales nacionales e internacionales para la revocación del Decreto Supremo 4232 porque transgrede la Constitución Política del Estado, entre otras normas legales.

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Por Miriam Telma Jemio, Guardiana (Bolivia)

Miércoles 13 de mayo de 2020.- Con prisa… Atendiendo a un sector…Desoyendo a otro… El Gobierno transitorio dio luz verde, con un decreto, al análisis del uso de nuevas semillas transgénicas en Bolivia, vulnerando la Constitución de Bolivia y otras leyes vigentes.

La medida ha sido rechazada por más de doscientas entidades, entre ellas ONG, colectivos y organizaciones ambientalistas y de derechos humanos, profesionales y parte de la población. Consideran que atenta contra la agrobiodiversidad, los agricultores familiares y el medio ambiente, principalmente.

En diversos documentos han argumentado su rechazo a los transgénicos. Un importante grupo (más de 300) en una asamblea virtual, inédita en el país, han determinado acudir a la justicia, entre otras medidas. Otro grupo ha impugnado al Comité Nacional de Bioseguridad que debe cumplir el Decreto Supremo.

A la par, los agroindustriales han destacado la “valiente” disposición de Áñez. Es una medida largamente esperada por este sector. El flamante ministro de Desarrollo Productivo, Óscar Ortiz, dice que los transgénicos pueden ser “una respuesta importante para fomentar mayor productividad, fortalecer la seguridad alimentaria boliviana y generar mayores ingresos a las exportaciones”.

Los transgénicos son organismos modificados genéticamente (OMG) mediante ingeniería genética en los que se han introducido uno o varios genes de otras especies. Bolivia produce soya transgénica desde 2005.

El decreto cuestionado

El 8 de marzo, el Gobierno promulgó el Decreto Supremo 4232, cuyo artículo único dice: “De manera excepcional se autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa”.

El mismo determina un plazo de diez días calendario para que el mencionado Comité apruebe los procedimientos abreviados.

La mayoría de los miembros del Comité Nacional de Bioseguridad fueron nombrados (algunos ratificados) en enero pasado. En marzo, fueron convocados por el Ministerio de Medio Ambiente para una evaluación técnica de soya evento HB4. Debido a la llegada de la pandemia al país, se dejó en suspenso ese trabajo.

Fue la segunda vez que se paralizó el trabajo de ese comité. Un año atrás, el Gobierno de Evo Morales firmó un acuerdo con la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), para realizar la evaluación abreviada de dos semillas transgénicas de soya resistentes al glifosato y al glufosinato de amonio. Esto fue con el propósito de producir “biodiesel”.

En ese entonces, el plazo era de seis meses. Por los sucesos de octubre y noviembre, el trabajo quedó paralizado.

Acudirán a la justicia

Una de las determinaciones asumidas en la “Tercera asamblea por los bosques” realizada este martes 12 de mayo, en la que participaron más de 300 personas en representación de diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil autoconvocadas, es interponer acciones y recursos legales nacionales e internacionales para la revocación del Decreto Supremo 4232 porque transgrede la Constitución Política del Estado, entre otras normas legales.

Alegan, también, que al autorizar el uso de semillas transgénicas de Soya HB4, Soya Intacta y otro tipo de semillas transgénicas de maíz, algodón y de otras especies en todo el territorio boliviano, se pone en riesgo la diversidad biológica, principalmente porque Bolivia es centro de origen y centro de diversidad genética de especies altamente importantes para la seguridad alimentaria como el maíz.

“Aprobar sin restricciones eventos transgénicos en especies como el maíz atenta contra las 77 variedades de maíz que posee el país y son base, actualmente, de la seguridad alimentaria de la población boliviana”, contempla el documento emitido por estas organizaciones. 

El Gobierno aprobó el decreto a pesar de que diversas organizaciones de la sociedad civil se habían pronunciado en contra cuando conoció que se analizaba esa posibilidad a pedido del sector agroindustrial del país.

Incluso habían planteado la abrogación del Decreto Supremo 3874 de abril de 2019, que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación de la soya evento (tipo) HB4 y Soya Intacta.

También solicitaron la abrogación de los decretos y normativa que permite el desmonte con el fin de ampliar la frontera agrícola. No recibieron respuesta del Gobierno.

Excusa y denegación del Comité

Desde el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) y el colectivo Bolivia Libre de Transgénicos se ha enviado cartas a los ministerios de Medio Ambiente, Desarrollo Rural y de Salud, designados por el Gobierno para efectivizar el Decreto Supremo 4232.

Rita Saavedra, del colectivo Bolivia Libre de Transgénicos, explicó a Guardiana que en las cartas piden la excusa de los miembros del Comité Nacional de Bioseguridad por existir conflictos de intereses; pero principalmente porque se tiene que cumplir lo que establece la Constitución Política del Estado y no un decreto.

“La excusa (de los miembros del Comité Nacional de Bioseguridad) deben hacerla por incumplimiento de capacidades técnicas y científicas de evaluación de riesgo de transgénicos”.

Rita Saavedra del colectivo Bolivia Libre de Transgénicos.

Además, por causales específicas definidas en el Reglamento del CNB como el conflicto de intereses. Según la activista, algunos de los miembros del Comité están ligados al actual gobierno y otros tienen actividades vinculadas a los transgénicos, por lo que se convertirían en juez y parte.

Por otra parte, el Conade solicita que el Comité Nacional de Bioseguridad deniegue la evaluación abreviada a transgénicos del Decreto Supremo 4232 en cumplimiento a la Constitución, que en su artículo 255, restringe el ingreso de productos genéticamente modificados (transgénicos) admitiendo su carácter exógeno, contrario a la soberanía alimentaria, el derecho a la alimentación adecuada, la protección de nuestros recursos biodiversos, el cuidado del medio ambiente, entre otros factores.

En ese marco, los decretos 4232 y 3874 son inviables y no guardan concordancia con el sistema normativo de Bolivia, ni con el bloque de constitucionalidad; por tanto, “el Comité Nacional de Bioseguridad debe atender la excusa de delegados institucionales que hemos formulado”, dice Rita Saavedra.

De igual manera, debe denegar analizar lo que manda el Decreto Supremo 4232 porque no es parte de sus funciones ni obligaciones, según el Conade.

Argumentos del rechazo

Leonardo Tamburini, investigador en Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), afirma que el decreto de Áñez transgrede la Constitución (que establece que la producción, importación y comercialización de transgénicos debe ser regulada por una ley), la Ley de la Madre Tierra y la Ley de la “Revolución productiva comunitaria agropecuaria”.

Estas normas prohíben la introducción al país de transgénicos (semillas y paquetes tecnológicos asociados), la producción de semillas transgénicas de las especies que Bolivia es centro y origen (como el maíz), la producción de agrocombustibles, además establecen que los transgénicos deben ser progresivamente eliminados. 

“Hay que decir claro y fuerte. Así como Evo (Morales) será recordado por el fraude electoral, Jeanine Áñez será recordada por haberse aprovechado sin escrúpulos de la pandemia para beneficiar a su círculo y a sus amigos agrosaurios”.

Gonzalo Colque, director de la Fundación Tierra.

Colque, más crítico, resumió el decreto en tres puntos:

  • “1. ¿Qué ordena Jeanine Áñez? Que, en un plazo de 10 días, el Comité Nacional de Bioseguridad autorice la ‘evaluación’ de cinco cultivos transgénicos: maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya. Entiéndase por ‘evaluación’ como un mero trámite o papeleo para masificar este año la siembra de más transgénicos y agrotóxicos.
  • 2. ¿Quiénes integran el Comité Nacional de Bioseguridad? Funcionarios públicos elegidos a dedo por cinco ministros del gabinete. Tres de ellos son cruceños que responden a la élite soyera: Óscar Ortiz, Beatriz Eliane Capobianco y María Elva Pinckert. Existe un enorme conflicto de intereses.
  • 3. ¿Cómo justifica Áñez su Decreto Transgénico? Que, estando Bolivia en emergencia sanitaria por el coronavirus, necesita echar mano a los transgénicos para cuidar por la seguridad alimentaria de los bolivianos. Una excusa absurda”.

El decreto no solo favorece la agenda económica de un sector, sino que pone en riesgo la biodiversidad y la seguridad, y soberanía alimentaria, según Pamela Cartagena, directora general del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado.

La demanda agroindustrial

“No es posible que nosotros estemos consumiendo productos con biotecnología de Argentina y de Brasil, pero que nuestros productores no tengan la capacidad de producir los mismos productos y que sus producciones sean muy bajas”, dijo el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, al término de una reunión con Anapo el 30 de abril.

Era el preludio al decreto 4232 del 7 de mayo. En esa reunión los agroindustriales pedían que les autoricen el uso de semillas transgénicas, como lo habían hecho ya al expresidente Morales. Esta vez, apelaron al perjuicio de sector por la pandemia del coronavirus que llevó a Bolivia a entrar en cuarentena rígida desde el 22 de marzo.

“El gobierno de Añez y la élite del agro pretenden aprovecharse sin escrúpulos de la pandemia del coronavirus que nos afecta, para llenar el campo (y el estómago de los bolivianos) de cultivos transgénicos y agrotóxicos”.

Gonzalo Colque, director de la Fundación Tierra.

La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) expresó su apoyo al Decreto Supremo 4232. “Manifestamos nuestro total apoyo a la valiente determinación del gobierno nacional al permitir que accedamos a tecnologías de última generación que reclamamos por décadas”, señala su pronunciamiento.

Aseguran que son los responsables de abastecer de alimentos y de generar la mayor cantidad de empleos para el país.

La CAO asegura que el uso de las semillas transgénicas dará su beneficio en una mayor productividad en una menor área cultivada, así como mayores ingresos para los pequeños productores.

Además, dice que harán un mejor uso de agroquímicos, eliminación de insecticidas cancerígenas en el control de plagas, menor uso de agua al reducir la cantidad de aplicaciones y reducción de la erosión y depredación de tierras.

El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) Marcelo Pantoja, manifestó, a través de un comunicado, que los pequeños productores podrán mejorar sus niveles de productividad y competitividad, “además de hacer frente a los efectos climáticos adversos, especialmente de sequía, que nos generaron cuantiosas pérdidas productivas y económicas en los últimos cuatro años”.

Producción de soya (foto: Ministerio de Comunicación).

“Estimamos que podemos llegar a triplicar la producción anual de granos de 4,5 millones de toneladas actuales a 12 millones de toneladas, con un movimiento económico de 2,8 mil millones de dólares, que serían distribuidos en toda la cadena productiva de alimentos, con un efecto multiplicador importante para dinamizar la economía y para generar más de 300 mil empleos directos e indirectos, expresó Pantoja. 

Otros de los sectores que celebraron el decreto es el cañero. Afirman que en 20 años de trabajo han obtenido más del 70% de variedades propias, las cuales se adaptan mejor a sus campos. “Estamos listos a nivel técnico para poder encarar los desafíos de incorporar variedades transgénicas y aplicar dicha tecnología a nuestras propias variedades para que se adecuen a nuestras necesidades”, afirma la Asociación Gremial Agropecuaria Unión de Cañeros Guabirá.

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Soberanía alimentaria

Una de las alternativas que proponen los sectores que rechazan los transgénicos es potenciar a los pequeños agricultores que en esta pandemia están demostrando que son los que abastecen la demanda de población.

Se debe fomentar a la Agricultura Familiar campesino indígena como una opción sólida que garantiza la seguridad alimentaria del país, dicen.

“En vez de seguir el camino lógico que debería ser la agricultura campesina en pequeña escala, o los sistemas silvopastoriles o la agricultura orgánica, se está impulsando un modelo que no va solucionar el problema del abastecimiento de comida y, más bien, va a generar lo contrario”, manifestó Martin Vilela, técnico de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climática, una de las ONG que rechazan el Decreto Supremo 4232.

Se tiene que alcanzar soberanía alimentaria fortaleciendo la producción familiar, campesina, indígena y agroecológica, que es la que en realidad abastece el mercado interno de alimentos que nutren a la población boliviana.

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Microagricultores trabajan más sorteando escollos para llegar a las urbes en temporada alta de cosecha https://dev.guardiana.com.bo/especiales/los-pequenos-agricultores-aun-pasan-apuros-para-llegar-con-su-cosecha-a-las-ciudades/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=los-pequenos-agricultores-aun-pasan-apuros-para-llegar-con-su-cosecha-a-las-ciudades https://dev.guardiana.com.bo/especiales/los-pequenos-agricultores-aun-pasan-apuros-para-llegar-con-su-cosecha-a-las-ciudades/#respond Tue, 05 May 2020 10:24:00 +0000 https://dev.guardiana.com.bo/?post_type=especiales&p=7352 La falta de transporte y de permisos para los vehículos que transportan sus productos recién cosechados es el mayor problema que enfrentan. Y mientras abastecen a las ciudades, corren el riesgo de contraer la Covid-19. Conamaq exige atención al problema.

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Miriam Telma Jemio, Guardiana (Bolivia)

Martes 5 de mayo de 2020.- María vive en Chinchaya, área rural del municipio de La Paz. Se levanta a la una de la madrugada. A las dos, saca sus bolsas de verduras al camino. Debe evitar pasar por la tranca de control y tomar el vehículo que la dejará en el puente Avaroa. De allí, debe llegar antes de las cinco de la mañana al mercado Rodríguez de la ciudad de La Paz para vender sus productos.

“Las patrullas nos encuentran a las cinco de la mañana, más o menos. Por eso tratamos de llegar más temprano, por miedo. Como no teníamos permiso ni nada, el subalcalde tampoco quería darnos, nos siguen molestando en algunas partes. En la Illampu nos han encontrado las patrullas. Esas patrullas cobran para pasar. Hay ratos en que pasamos de buena suerte, pero a veces las patrullas están y no hay caso de pasar”, cuenta la agricultora de Chinchaya.

Como ella, otros pequeños agricultores del país han tenido problemas para abastecer con su producción a las ciudades durante la cuarentena total que aún rige en el país.

Bolivia implementó la medida para evitar que la enfermedad originada por el coronavirus, Covid-19, se expanda con rapidez y colapse el sistema de salud, comenzó el 22 de marzo y se ha ampliado hasta el 10 de mayo.

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Tiempo de cosecha

“Es temporada alta de cosecha. Los alimentos deben llegar desde el campo. Las comunidades se están dando los medios para hacerlo frente a las restricciones de la cuarentena”, dice Katherine Fernández, coordinadora de la Plataforma Agrobolsas Surtidas, organización que trabaja con comunidades rurales.

Muchos agricultores no han sacado sus productos de sus comunidades por falta de transporte. Otros no pudieron llegar con los alimentos a las ciudades por la exigencia de los permisos del Ministerio de Gobierno. Algunos municipios no dan autorizaciones de circulación.

Para garantizar la distribución de alimentos durante la cuarentena, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, aseguró que “los vehículos que transportan alimentos no necesitan un pase para transportarlos. Esa gente está protegida porque alimenta al país”.

“Eso (de que no se necesita permiso) es un saludo a la bandera. Yo tengo que estar explicando que tengo el permiso de la Subalcaldía de Zongo. Algunas veces me dejan, la mayoría de las veces me cuestionan. Entonces ya no voy, porque cada rato tengo que estar inventándome cosas para que me dejen pasar con mis productos”, lamenta Félix Mollericona, agricultor del municipio de Escoma.

La cosecha de papa, haba, quinua y algunas hortalizas la vendía en la ciudad de La Paz, por eso el vehículo en el que transportaba su producción desde Escoma cuenta con el permiso del municipio de La Paz.

“Los policías y militares hacen control. El Gobierno dice que todo carro cargado con alimentos puede circular, pero no es así. Raro es el lugar donde te dejan pasar. Cuando ya estamos llegando a El Alto o a La Paz, ven tus productos y te hacen pasar sin problemas, mientras que en las provincias no quieren saber nada”, explica Mollericona.

Las denuncias de cobros que hacen policías que custodian en las provincias se han dado en diversas regiones del país. En las redes sociales se mostraron imágenes de esas irregularidades como se ve en el siguiente video: Policías interceptan un camión en el camino a Colquiri.

C4mil Noticias Bolivia publicó, el 29 de abril, el video que muestra a policías deteniendo un camión en la vía a Colquiri.

En Chinchaya varios agricultores no han logrado salir ni una sola vez con sus productos. Allí producen, entre otros, zanahoria, papa, oca, haba, apio, lechuga, rabanito, nabo, arveja. “Esas cositas traemos. Somos varios productores. Tienen miedo salir. Según el número de carnet nos dicen. No hay movilidad. No tiene permiso. Por eso a uno no más nos dan. A veces nos anotamos en una lista y así no más salimos”, precisa Villanueva.

Pagar o dejar de vender

En otras regiones, los agricultores tienen que pagar para conseguir un permiso edil como denunciaron, por ejemplo, en el municipio de Yanacachi. Su alcalde Juan Wilfredo Cossío fue imputado por la presunta comisión de los delitos de uso indebido de influencias, concusión e incumplimiento de deberes, por la supuesta venta de permisos de circulación durante la cuarentena.

Mientras dure la cuarentena, Mollericona intenta obtener ingresos económicos. “Estoy perdiendo porque no puedo sacar desde Escoma. Allí, incluso, tengo mi pequeño molino para producir pito de cebada. En un día, tuesto y muelo, pero ya no se puede sacar”.

Cuenta que su esposa tiene el mismo problema. Ella vende carne de cordero. No ha podido llegar hasta La Paz. Él decidió trabajar con productos de los municipios de Batallas y de Viacha, que están cercanos a La Paz.

Para Mollericona el panorama no es alentador. “Ahora, Viacha también está todo trancado. Eso me dificulta traer los quesos para mis caseros. Ya no se puede por eso también debe subir el precio”, lamenta.

Sobre el tema, la pasada semana el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) emitió un voto resolutivo declarándose en emergencia. Alega que no existe coordinación para sacar sus productos desde sus comunidades hasta las ciudades. Dio un plazo de 48 horas para dialogar con el Gobierno.

Dirigentes del Conamaq, en la plaza Murillo, conminan al Gobierno a coordinar y poder sacar sus productos hacia las ciudades (foto: Daniel Miranda/APG).
Algunos apoyos

Hay iniciativas para apoyar a los pequeños agricultores, como “Los Supermercados de la Agricultura Familiar” que impulsan varias instituciones, entre ellas la FAO y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, incluso proveen de transporte para el traslado de productos desde las diferentes comunidades hacia los centros de abastecimiento.

También en La Paz, la Alcaldía impulsa los mercados móviles, que se instalan dos veces por semana, a los cuales se pueden adherir los productores para vender en los barrios paceños, de acuerdo a un cronograma establecido. Pero deben competir con empresas de alimentos por los cupos que son limitados y, además, si no tienen vehículo propio no pueden trasladarse hasta los barrios.

El mercado móvil instalado en Cotahuma (foto: AMN).

De todos modos, hay agricultores que no pueden vender su producción como pasó en los municipios de Taraco, Colquencha y Calamarca, Jesús de Machaca y Tiahuanaco, donde han tenido una buena producción de papa, según el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca).

Freddy Villagómez, director del Cipca de la región Altiplano, explica que las familias productoras están preocupadas porque están en época de cosecha y no pueden sacar los alimentos por falta de movilidades.  Villagómez comentó que los camiones que llevan alimentos son retenidos al regresar a los pueblos porque “no tienen autorización”.

A ello se suma que, algunos transportistas, prefieren no trabajar por miedo a contagiarse de la Covid-19.

Vender con el miedo al contagio

La Plataforma Agrobolsas Surtidas trabaja en la articulación de los productores agrícolas con las ciudades. Los agricultores organizados hacen una venta breve en la ciudad de La Paz, de dos a tres horas. Luego, vuelven a sus comunidades con una serie de mandados para abastecer a sus comunidades. Por ejemplo, abarrotes como fideos, arroz, sal y aceite, principalmente.

“Traer las cargas de alimentos, vender y luego irse. Esta planificación es ardua. Más cuando, en algunas comunidades se dan media vuelta porque no les dejan entrar a las ciudades”, remarca Fernández.

Durante la venta de sus productos, las y los agricultores portan barbijos y guantes. A pesar de ello, no están 100% libres de contraer la Covid-19 (foto: Plataforma Agrobolsas).

Los agricultores están lidiando entre el miedo al contagio y la necesidad de vender. El panorama se complica más ante el avance de casos confirmado de Covid-19. “Los agricultores están buscando abastecer de alimentos y evitar que el contagio llegue de la ciudad al campo. Eso sería devastador”, alerta Fernández.

Mollericona cuenta que se cuida fumigando: “Cuando llego al lugar todo fumigo y listo. Siempre falta una bolsita, estamos recibiendo y estamos desinfectando”.

Para él el intercambio del dinero es el problema. Piensa que se tendría que usar un recipiente para desinfectar el dinero cuando se recibe y se da cambios. “Hay cosas que cambiar. Yo donde voy a vender con una tiza en el piso dibujo redonditos para que la gente tome distancia. Algunos entienden y se separan. Un poquito hay que ordenar de a buenas. Pero otros dicen ‘¡ah!’ y se escapan los clientes”.

Villanueva, en cambio, dice que se cuida tomando infusiones de yerbas como la manzanilla o de eucalipto, entre una variedad de nombres no muy conocidos en la ciudad, pero que abundan en su comunidad.

Lo que le preocupa a Fernández es que en algunas comunidades impiden el ingreso de los agricultores por el miedo a que hayan contraído la Covid-19.

Preparar la despensa de 2020

Conocedora de la actividad agrícola, Fernández enfatizó, en una charla virtual organizada por la Plataforma Bolivia Frente al Cambio Climático, en lo que viene tras la cuarentena, sobre todo en invierno y la temporada seca.

“Estamos en el punto clave, aunque tenemos incertidumbre, tenemos que pensar en qué estrategias se van establecer para planificar la despensa hasta fin de año”.

Katherine Fernández, coordinadora de la Plataforma Agrobolsas Surtidas, organización que trabaja con comunidades rurales.

A su criterio, ante una emergencia sanitaria lo que se necesita son alimentos de calidad y eso no se encuentra en las tiendas de barrio. “¿Qué nos espera en la segunda mitad del año? ¿Los enlatados nos van a servir para aguantar la segunda parte del año?”.

Recordó que antes se deshidrataba y congelaba alimentos para temporadas largas como la carne, la papa y la oca. “Las familias podían prever la comida para un año. Pero hemos perdido la costumbre, el conocimiento de cómo se almacena”, lamentó la coordinadora de la Plataforma Agrobolsas Surtidas.

Aunque eso es posible hacerlo, hay que actuar de acuerdo a la ocasión, dice, ahora “es una temporada bastante crítica”. Alertó que aunque se tenga recursos económicos, es posible que no se encuentre alimentos para comprar. Plantea la intensificación del uso de las carpas solares, para tener alimentos en la temporada seca.

Se puede deshidratar frutas, por ejemplo, la papaya como indica en su página de Facebook la Plataforma Agrobolsas Surtidas.

En algunas comunidades, los campesinos están deshidratando algunos productos. En otras no por miedo a no tener mercado para venderlo. “Se hacen pequeños talleres. Tienen que acopiar, manejar bien para que no se pierda el producto, para que lo hagan con higiene”, cuenta.

Aunque explica que la mayoría “no quiere escuchar nada de hacer transformación, solo quiere sacar su cosecha y vender para aprovechar el precio”.

Por ahora, hasta el 10 de mayo, los pequeños agricultores seguirán sacando los productos cosechados hacia las ciudades en las mismas condiciones. Con más limitaciones porque, por ejemplo en La Paz, la alcaldía extendió el perímetro de control de ingreso a los principales mercados como el Rodríguez, donde dejan sus productos.

La incertidumbre está latente para ellos. No se conoce cómo trabajarán desde el 11 de mayo, cuando rijan nuevas medidas por la flexibilización de la cuarentena, que además será regionalizada.

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