Periodismo archivos — Guardiana Ayudar a empoderar a una ciudadana, incluyendo su búsqueda de justicia en los casos de violencia. Wed, 12 May 2021 21:44:28 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.5 https://dev.guardiana.com.bo/wp-content/uploads/2019/03/cropped-g-morado-08-32x32.png Periodismo archivos — Guardiana 32 32 Los medios tenemos al menos 12 problemas que resolver para sobrevivir https://dev.guardiana.com.bo/preparate/los-medios-tenemos-al-menos-10-problemas-que-resolver-para-sobrevivir/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=los-medios-tenemos-al-menos-10-problemas-que-resolver-para-sobrevivir https://dev.guardiana.com.bo/preparate/los-medios-tenemos-al-menos-10-problemas-que-resolver-para-sobrevivir/#comments Tue, 18 Aug 2020 12:00:00 +0000 https://dev.guardiana.com.bo/?post_type=preparate&p=8541 Guardiana ha iniciado un largo camino de observación, diálogo y revisión a nivel nacional e internacional para ver en qué debemos cambiar los medios en Bolivia. Todo indica que transformar nuestro modelo de negocios; adecuarnos a las nuevas tecnologías y conectarnos mejor con los públicos no será suficiente. Tampoco esta publicación lo es, pero hay que seguir caminando...

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Amparo Canedo, Guardiana (Bolivia) y foto de portada de Prensa Rural

Covid-19 pateó el tablero de todos y todas. Pero el tablero de los medios de información tradicionales ya estaba roto, carcomido y rodeado por jugadores desesperados y con públicos cada vez más reducidos.

Covid-19 echó a la calle a más de 520 personas entre marzo y julio de este año de la mano de dueños de medios de información, sobre todo de periódicos en Bolivia. Sin embargo, los despidos ya habían empezado hace años.

Ahora en algunos periódicos se piensa en un semanario en papel y el resto del tiempo quedarse en la web. Algunos ya lo venían pensando en los últimos dos años.

A nivel económico, en los medios no solo se deben sueldos de un mes, sino de meses. Se sabe que hay propietarios de medios que han tenido que recurrir nuevamente a préstamos bancarios. Hay quienes han puesto en venta propiedades, edificios, casas y la oferta está incluso entre las hojas de sus diarios que circulan una vez a la semana.

Tal vez por este y otros motivos, quien encabeza la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), Marco Dip, le dijo a este medio que el colapso de los periódicos en Bolivia ha empezado. El Gobierno de transición no quiso ayudarles.

Hasta hace unos años, los periódicos considerados grandes y de larga trayectoria en Bolivia superaban las 150 personas llegando, incluso, a las 300 como era el caso de La Razón.

¿Es posible vivir hoy con planillas de más de 100 personas solo a través de la venta de publicidad en los periódicos?

Guardiana ha identificado por el momento por lo menos 12 problemas a analizar en los medios de información en general y no únicamente en los periódicos de Bolivia. Algunas de las problemáticas tocan las puertas de lo externo, del Estado, de la población. Y la búsqueda de respuestas a tan compleja problemática continuará…

Dos crisis, sobre mojado llovido

Una de las personas que conoce tanto el funcionamiento de los medios tradicionales porque trabajó en ellos como de los medios digitales de países de América Latina y otros continentes porque ha ayudado en las últimas décadas a capacitar a periodistas para convertirse en emprendedores de su propio negocio es James Breiner, quien vive en este momento en España.

Él le dijo a Guardiana (ver video), que los medios de información tradicionales han sufrido en las dos últimas décadas dos crisis económicas muy fuertes. La primera fue “por la irrupción digital desde hace 15 años que destruyó el modelo del periodismo que dependía de la publicidad”.

La segunda crisis económica llegó con la pandemia en 2020. En el caso boliviano, desde el 22 de marzo en que se declaró la cuarentena por la presencia de Covid-19, dejaron de circular los periódicos en papel y aunque siguieron funcionando digitalmente, sus ingresos económicos se desplomaron.

Estamos hablando de hace más de cuatro meses en que dejaron de circular en las calles y de recibir el dinero por la publicidad. Lo que ahora ingresa por la publicidad digital no representa para algunos medios ni el cinco por ciento del dinero que necesitan cada mes.

En realidad, si se hace una revisión de la historia de los periódicos, se verá, por ejemplo, que allá por el año 2000 parecía que algunos estaban en franco crecimiento, tanto así que aumentaron el número de personal e hicieron, incluso, alianzas con medios de otros países. Basta ver medios como La Razón, El Deber y Los Tiempos para comprobar que fue así. Sin embargo, años después aterrizó la mala hora.

Sin embargo, una revisión histórica que llegue más atrás podría tal vez sorprender si de bonanza económica se trata. ¿Alguna vez fueron los medios lo suficientemente grandes y solventes en Bolivia?, ¿cuántos, cuáles y cómo? Queda mucho por investigar sobre el pasado.

Cambio 1: modelo sin dependencia

El primer problema es el modelo de negocios de los medios de información tradicionales (prensa, radio y televisión). Este depende, casi totalmente, de la publicidad. Y, en buena parte, de la que pone concretamente el Gobierno de turno.

Si bien ese dinero proviene de los bolsillos de las y los bolivianos, lo cierto es que todos los gobiernos bolivianos desde que se recuperó la democracia en 1982 manejaron estos recursos como quisieron: premiando a unos medios y castigando a otros.

Y esto fue posible en gran parte porque no existe una ley que norme la distribución de publicidad o propaganda estatal entre los medios de información existentes.

A más de un medio de información esto le costó la vida. Tal el caso del periódico Presencia, cuya historia debiera ser estudiada para ver si únicamente la asfixia económica del último gobierno de Banzer entre 1997 y 2001 dio lugar a su muerte o hubo otros componentes más que entraron en juego.

Sabiendo el peso que tiene el dinero que proviene de la publicidad y/o propaganda gubernamental, mientras se siga dependiendo de tal ingreso, no solo la estructura económica de cada medio será frágil, sino su periodismo por los niveles de censura y autocensura que pueden presentarse.

Al respecto, sobre los gobiernos de Evo Morales durante 14 años y el de Jeanine Áñez hay tela que cortar. Ambos demostraron que los medios no críticos se convierten en sus mimados y los críticos en motivo de represalia económica y hasta vilipendio público como ocurrió con Evo Morales que llamó El Cártel de la Mentira a un grupo de medios.

A esa conclusión llegaron quienes dirigen tanto la ANP, Marco Dip, como la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, Pedro Glasinovic. Este último aseguró a Guardiana que si mañana se discutiera un proyecto de ley para una equitativa distribución de la publicidad estatal, esta organización participaría.

¿Depender del dinero que proviene de la publicidad o propaganda del Gobierno es un serio problema del modelo de negocios de los medios en Bolivia?

James Breiner cree que depender del dinero del Gobierno tomando en cuenta la poca confianza que los gobiernos generan hoy en las poblaciones, es un problema.

“La situación de la prensa de calidad y seria -explicó Breiner- que contribuye a una sociedad justa y democrática está en peligro por todos lados. Yo tuve la experiencia de asistir recién virtualmente a un simposio internacional de periodismo a través de la Universidad de Texas. Hubo muchos periodistas de muchos países que contaron dificultades asombrosas. Pero hay muchas razones, entre ellas el crecimiento de las democracias falsas que se convierten en dictaduras. Al Este y Oeste de Europa, América Latina, muchos lugares del mundo y la pérdida de confianza en muchas instituciones, no solo en la prensa… Incluso en el Oeste de Europa y Estados Unidos, donde supuestamente tenemos democracias fuertes. Hay una pérdida de confianza en las instituciones es general y la prensa también sufre por eso”.

Por otra parte, vivir hoy únicamente de la publicidad ya no es buena idea para nadie. Los ingresos deben diversificarse. No hay una sola fórmula del éxito. Eso, también, parece ser cierto.

“Para los que dependen de la publicidad y de la distribución en papel, ese modelo ha colapsado. Esa es la noticia mala”.

James Breiner
Cambio 2: recuperar la credibilidad

El cordón umbilical que existe entre el Gobierno de turno y los medios que reciben dinero de este por publicidad o propaganda pareciera ser una píldora que ya nadie puede tragar. Y la población no es tonta.

Las preguntas de los periodistas de pronto se vuelven tibias y no faltan quienes en vez de preguntar adulan a las fuentes. Entonces, una vez más, la población no es tonta y así lo hace saber, muchas veces, en las redes sociales.

Y pareciera, además, existir una relación directa en este momento entre la credibilidad de los gobiernos a ojos de la población y los votantes, y la credibilidad de los medios. ¿Urge que los medios se alejen del dinero que da el Gobierno como una señal de credibilidad frente a esa población que ya desconfía?

Difícil plantearlo e imaginarlo tomando en cuenta que más de un medio sobrevive en Bolivia gracias al dinero que recibe por la venta de publicidad o propaganda al Gobierno.

Y esto también toca la puerta de las empresas privadas que llegado el momento de poner publicidad tratan, también, de influir en la sección informativa, mínimamente pidiendo la elaboración de publinotas que, además, quieren que no vayan con tal etiqueta.

Breiner dice que por eso es importante que los medios tengan políticas en la venta de publicidad muy claras y de conocimiento público. Y ocurrirá que en algún momento debido a estas se pierda alguna publicidad o varias; sin embargo, a la larga el medio ganará credibilidad.

“Con políticas claras, se perderá tal vez dinero a corto plazo, pero se ganará credibilidad a largo plazo. La credibilidad es el activo más valioso de un medio de comunicación”.

James Breiner
Cambio 3: transparencia total

Uno de los factores que apunta directo a la credibilidad es la transparencia total. ¿Es posible aspirar a un alto nivel de transparencia en los medios de información?

Si uno sabe cuánto personal tienen medios digitales como La Silla Vacía, El Faro o Animal Político, por no mencionar a más medios, es porque una de las premisas de quien aspira a tener notoriedad digital a nivel internacional es mostrarse transparente en todos los sentidos posibles y a la vista de los públicos en la misma web y a través de las acciones del personal.

Por eso, este tipo de medios tienen que tener en la web desde su misión, visión y código de ética hasta la explicación de dónde provienen los recursos económicos que permiten pagar unos cuantos sueldos.

Por ejemplo, en Animal Político se podrá encontrar dicho código de ética y en él se podrá leer textos como que está prohibido que otras personas paguen los gastos generados por el trabajo de una o un periodista.

“Los gastos derivados del trabajo periodístico de los colaboradores deberán ser asumidos por Animal Político en su totalidad con miras a evitar conflictos de interés”.

Código de Ética de Animal Político

Si bien no es posible determinar si Animal Político cumple todo lo que dice y ofrece porque Guardiana no tiene evidencia de tal honestidad, sí es importante que un medio intente transparentar sus acciones, aspiraciones e ingresos haciendo todo esto visible en su misma web.

En Bolivia ya se ha hecho una costumbre totalmente naturalizada que quien lleva de viaje a la o el periodista para una cobertura tenga que correr con todos los gastos de viaje, estadía e incluso viáticos.

Pero la transparencia tiene muchos rostros y va más allá…

Cuando un medio de información de renombre, trayectoria y prestigio es vendido, sus públicos debieran conocer todo sobre dicha transacción, sobre todo los nombres y tendencias políticas, si las hubiera, de sus nuevos propietarios, porque no se está vendiendo una fábrica de zapatos, sino un medio. ¿Cómo se ha manejado esto en Bolivia?

No solo debiéramos saber quiénes son los propietarios, sino cómo se maneja el dinero y de dónde proviene este. En el ejemplo que veíamos de Animal Político, este dice sobre sus propietarios e ingresos:

También, en aras de la transparencia, te damos a conocer los documentos sobre quiénes son los propietarios de Animal Político.

Aquí el acta constitutiva de Animal Político.

Y aquí de los propietarios que se comentan en la misma:

Elephant Publishing LLC

Printed Matter LLC

Las fuentes de ingresos de Animal Político son diversas, entre las que se incluyen:

  • Capacitación, consultoría, verificación: 20%
  • Contenidos comerciales: 30%
  • Publicidad: 20%
  • Programa de suscripciones: 10%
  • Donativos: 20%
Cambio 4: ¿De quién es la agenda?

Quienes somos periodistas hemos dado por sentado que sabemos qué quiere, busca, aspira y necesita la población. Sin investigaciones de por medio, sin diálogos con la gente…por alguna extraña razón siempre creímos que sabíamos qué quieres tú que en este momento lees este artículo. Nunca lo supimos. Y si bien hoy la tecnología nos puede ayudar a entenderte mejor o conocerte, ¿es suficiente?

La agenda de los medios no es, necesariamente, la agenda de cada tipo de público que existe en un pueblo, una ciudad, un país… Peor en un país fracturado como Bolivia en el que parte de la población ni siquiera entra a internet para informarse.

Ahora ya sabemos que debemos ver qué necesita o quiere la gente, pero tal operación no podremos realizar si no nos contactamos con esta y si no estudiamos las tendencias, para lo que hoy existen varias herramientas tecnológicas. La pregunta es si este esfuerzo de este modo será suficiente en un país tan diverso en todo sentido.

CAMBIO 5: ¿CUÁNTO INTERESA LA INFORMACIÓN?

Y esto nos lleva a otras preguntas más… ¿Qué tipo de información y contenidos buscan las personas hoy?, ¿qué buscan las y los jóvenes?, ¿por qué parece importarles muy poco las noticias?, ¿cuánto lee la población?, ¿hay que dar en gusto en todo a un determinado público, si es así, qué pasa con las funciones de una o un periodista como coadyuvar a la educación de la población?

¿Tú sabes cuántas personas leían hace 80, 50, 30, 20 o 10 años periódicos o, en general, leían? El año 2014, una encuesta realizada en 16 países de América Latina que pretendió medir los niveles de consumo cultural en las y los ciudadanos arrojó el dato de que el 47 por ciento de las personas que vivían entonces en Bolivia “nunca o casi nunca” leían por motivos profesionales y/o educativos.

La “Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales 2013”, elaborada por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y la Cultura, decía al respecto: “Las clases medias y sobre todo las clases socioeconómicas altas concentran mayor porcentaje de personas con formación de tipo media o superior, y normalmente realizan trabajos que requieren una mayor cualificación. No es sorprendente, por tanto, que este colectivo desempeñe tareas en las que la lectura sea una práctica más frecuente que entre aquellos otros, procedentes de clases socioeconómicas más vulnerables, cuyos puestos de trabajo exigen un menor grado de cualificación profesional”.

Supuestamente hoy se sabe cuánta gente ingresa a los medios digitales y cuánto tiempo permanece mirando o leyendo los artículos. Incluso esta información es usada por los medios grandes para ofrecer su publicidad digital. Sin embargo, hay mucho que analizar al respecto.

En cuanto a los periódicos, el tiraje de estos fue bajando y bajando en los últimos años.

Hubo momentos en la historia de Bolivia en los que periódicos como Presencia, El Deber e incluso, alguna vez La Razón, supieron lo que era imprimir 50 mil ejemplares y hasta mucho más, y no necesariamente en día domingo.

Años después, las altas cifras solo se dieron los días domingo, mientras de lunes a sábado los tirajes bajaron en algunos medios a nueve mil y en los pequeños hasta menos de cinco mil, sobre todo los sábados y lunes, los días más flojos en ventas.

Aún multiplicando por cinco esas cantidades y tomando en cuenta la lectoría en las web de los medios digitales que, además, no tienen exactamente los mismos lectores que los impresos, la cantidad de lectores no es alta en el país. Sin embargo, ameritaría actualizar este tipo de estudios para hacerlos no solo cuantitativos, sino también cualitativos.

CAMBIO 6: NOTICIAS POSITIVAS y revisar herramientas

Un alto porcentaje de las noticias de los medios de información en general son negativas. Esto merecería también ser estudiado tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Se llega al extremo de tener que presentar “La noticia constructiva del día”, dando a entender que es la única positiva de todo el informativo que una persona acaba de ver.

Dar tres veces al día noticias negativas en los canales de televisión y desayunar, en el caso de los periódicos, con muertos, vulneraciones a las leyes y peleas entre los políticos, no es el desayuno diario que alguien que quisiera tomar.

Hay jóvenes que dicen que por eso no escuchan ni leen noticias. Consideran que su vida ya es complicada y no la quieren complicar ni amargar más. Esto también debiera ser a fondo estudiado porque se supone que son los lectores a corto plazo que un medio debiera esperar.

A ello habrá que sumar la necesaria y urgente revisión de lo que se considera noticia y de lo que se hace diariamente. Otro alto porcentaje de información proviene de declaraciones de personas que no se sabe cuánto mienten, tergiversan u ocultan. Y al no existir verificación de por medio, eso se queda ahí, con contrastación ni verificación y muchas veces sin contraparte.

Y las noticias no tienen, en su mayoría, antecedentes ni normativa ni contexto porque el tiempo apremia para subirlas a la web o lanzarlas al aire. Ya no hay tiempo para pensar en la calidad y, por tanto, no hay tiempo para informar de manera más completa para que las y los ciudadanos puedan tomar decisiones oportunas y bien informadas.

Finalmente, pareciera que parte del camino de hoy y del futuro apuntará más a las investigaciones y a las crónicas.

CAMBIO 7: Capacitación continua

“El periodismo es el mejor oficio del mundo”… Esa frase del escritor Gabriel García Márquez la hemos repetido una y mil veces quienes somos periodistas. Creemos en ella. Sin embargo, en el mundo actual para ser periodista ni siquiera basta pasar por la universidad.

El mundo de hoy es tan complejo que requiere de las y los periodistas capacitación continua y reflexión diaria. Tal vez por ello los alemanes exijan en sus universidades que quien aspire a ser periodista estudie primero una carrera universitaria antes de intentar ingresar a periodismo.

Por ello, quien quiera ser periodista sin poner un pie en una universidad, seguramente podrá ejercer siempre y cuando, igual, se capacite todo el tiempo. No parece existir otra opción.

Y este hecho pasa por la necesidad de que, además, ley o decreto que sea aprobado debiera ser de conocimiento de quienes son periodistas porque si de leyes se trata, no es suficiente que conozcan los códigos de ética o la Ley de Imprenta o la Constitución. No es suficiente desde hace años.

Las y los periodistas somos guardianes de los derechos humanos de la ciudadanía a la que juramos servir para mejorar su calidad de vida y el sistema democrático, a fin de que todas y todos tengan las mismas oportunidades. Sin embargo, no podremos servir si no conocemos las leyes que incluyen dichos derechos.

Cambio 8: cuán ágiles sin perderse

La existencia de las redes sociales ha puesto de cabeza a los medios de información y cada vez más. Las y los periodistas y sus jefes se afanan por colocar lo último sabido en ellas, así sean únicamente dos o tres párrafos, los que rápidamente son escritos en la web del medio en cuestión para compartir desde allí la información. Otras veces, esta va directo a las redes, no hay tiempo.

¿Esta cantidad de información es la que espera en general la población o los públicos?, ¿les basta un anuncio?. ¿son suficientes tres o cinco párrafos?, ¿ya no quieren conocer los antecedentes de una información?, ¿ya no es necesario el contexto?

En medios de información donde cada vez hay menos personas para procesar los datos, es difícil imaginar un contenido para las redes y otro para la web e, incluso, otro para el papel periódico. ¿Cómo resolver este problema con calidad y rapidez?

En este último problema estaban entrampados aún los periódicos cuando llegó Covid-19 a Bolivia. Por ello, algunos medios habían optado por hacer resúmenes para la web de la información que pondrían al día siguiente en el diario en papel. La idea era seguir ofreciendo lo mejor y más completo en el papel. No se sabe si les fue bien. Era, en todo caso, un dilema no resuelto del todo antes de marzo de este año.

En ese sentido, el consejo a nivel internacional sigue siendo el mismo de hace años: la única forma viable de tener futuro en los medios impresos es a través de la investigación y de materiales trabajados con un nivel alto de calidad. Pero, ¿a qué se le llama nivel alto de calidad?, ¿es posible lograr tal nivel con jóvenes recién titulados de las universidades que han sido contratados porque están dispuestos a ganar 2.000 o 3.000 bolivianos?

Por tanto, hablar de agilidad en un medio puede pasar por diferentes temas y no únicamente por poner rápido un material en una web o una red social.

Hablar de agilidad tal vez pase, también, por hablar de la suficiente creatividad para realizar movimientos y ofertas a los públicos que sean diferentes a los conocidos.

Durante la pandemia, mientras de manera general los medios se preocuparon de reflejar las estadísticas oficiales sobre número de infectados, muertos y recuperados, más detalles sobre Covid-19, algunos medios en otros países trataban de reinventarse conectándose más seguido y de manera más amplia con sus seguidores vía WhatsApp.

Gastón Roitberg de La Nación contó en la conferencia SIP Connect Online que en ese medio tuvieron que modificar casi todo de la noche a la mañana. Mandaron al 98 por ciento del personal a su casa para que desde allá trabajara. Armaron tres reuniones vía Zoom y establecieron dos turnos de trabajo.

Acto seguido echaron a andar otros productos, algunos incluso gestionados desde WhatsApp, a fin de tener contenta a la gente y no perder demasiado en el intento.

Para poder mantener a la gran cantidad de personal que tiene La Nación, ha tenido que diversificar su oferta más allá del diario tradicional, ofreciendo televisión, revistas en papel y digitales, club de membresía, suscripciones y otros.

Cambio 9: medios pequeños

En general, los medios de información que solo circulan a nivel digital son pequeños en cuanto a cantidad de personal. Medios de fama internacional como La Silla Vacía no tienen más de 12 personas, excepto uno que otro como El Faro de El Salvador que ha llegado a sumar entre 35 y 38 personas.

Eso significa que si la oferta de un medio únicamente girara en torno a una web y redes sociales, este no podría aspirar a tener la cantidad de gente que los medios tradicionales han mantenido en la última década en Bolivia.

Cambio 10: conexión con los públicos

Este no es tema nuevo, pero sigue siendo complejo a la hora de pensar cómo conectarse con los públicos. Una cosa es decirlo y otra hacerlo. Sin embargo, está claro que hay que hacerlo y, sobre todo, mediante las redes sociales, estudios de mercado y, tal vez lo más valioso: suscripciones que luego permiten, también, conocer el perfil de quienes leen y compran los servicios de un periódico.

Gastón Rotberg de La Nación reconoció que las suscripciones son muy importantes para ese medio que ya cuenta con 330 mil suscriptores.

Cambio 11: ¿No medios generalistas?

Quien visite un medio digital que no tiene más de 12 o 30 personas se dará cuenta de que este tipo de medios que no cuentan con ejércitos de periodistas no pueden ser más generalistas.

Eso quiere decir que no pueden pretender cubrir desde cocina, pasando por sociales, ciudades y política hasta llegar a deportes y economía.

Y los motivos no tienen que ver solo con la cantidad de periodistas disponibles, sino también con los conocimientos de estos. Un periodista normalmente no lo sabe todo.

Sin embargo, los públicos son cada vez más exigentes con determinadas áreas temáticas que son de su agrado y esta exigencia colisiona con quien, del otro lado, no está preparado para profundizar en tres temas diferentes a la vez.

Mayor complicación si, encima, quien es periodista pretende hoy subir a la velocidad del rayo información para “ganar” a los demás en las redes sociales; aunque sea con tres párrafos que, encima, no están bien escritos si esa persona, además de rápida, debe tener excelente redacción en momentos en que quienes llegan a las universidades escriben hasta con 15 errores un párrafo. Otro problema que no será abordado hoy porque amerita artículo aparte.

Cambio 12: alianzas entre periodistas y medios

Esta es, tal vez, la parte más interesante. Si un medio es pequeño y no tiene dinero para pagar viajes o a corresponsales a nivel nacional o internacional, bien podría y tendría que realizar alianzas. A esto se le llama hoy periodismo colaborativo y tiene ejemplos a nivel internacional entre periodistas de más de un país.

Abundan hoy los ejemplos en el mundo sobre tales alianzas, sobre todo a la hora de investigar. Además, en el caso de las indagaciones, una de las ventajas es la posibilidad de blindar el trabajo entre varios periodistas y medios de información, así se evitan las represalias contra un solo periodista. Estratégico, ¿verdad?

Y seguiremos buscando más respuestas, es una promesa de Guardiana...

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ANP cree que colapso de diarios empezó; urge una ley para la publicidad estatal https://dev.guardiana.com.bo/preparate/xxxx/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=xxxx https://dev.guardiana.com.bo/preparate/xxxx/#respond Tue, 28 Jul 2020 13:06:00 +0000 https://dev.guardiana.com.bo/?post_type=preparate&p=8539 Si bien en general la situación de los medios es delicada, la de los periódicos es dramática. Por eso, han venido asumiendo medidas urgentes. Como no están circulando a diario, la publicidad que consiguen para su web no cubre más del 5% del dinero que necesitan. A ello hay que sumar que el Gobierno actual también tiene, como el anterior, sus medios mimados. No le gusta que le critiquen. Por eso, urge aprobar una ley para una distribución transparente y equitativa de la propaganda o publicidad. La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia está dispuesta a discutirla con el concurso de los actores principales en este tema. Al respecto, hay un anteproyecto del periodista Andrés Gómez.

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Amparo Canedo, Guardiana y fotos El Deber (Bolivia)

Martes 28 de julio de 2020.- El 10 de marzo, Covid-19 se presentó en Bolivia y adelantó el futuro de los periódicos para obligarles a informar únicamente mediante sus web desde el 22 de marzo cuando empezó la cuarentena y los diarios ya no pudieron circular en papel. Quienes toman decisiones en los medios (y no únicamente en los impresos) mandaron a su casa a periodistas, a unos de vacaciones y a otros definitivamente. Y no solo disminuyó drásticamente la gente de las calles, sino también la publicidad.

Los medios, pero sobre todo los periódicos, ya estaban en esa fecha muy maltrechos. Más de uno venía de una guerra económica declarada por el Gobierno del MAS. Este les había quitado la propaganda y/o publicidad como castigo por hacer notar deficiencias o denunciar casos de corrupción. A ello se sumó la crisis política y social de octubre y noviembre del año pasado. En marzo de este año, sobre mojado llegó Covid-19 para desatar una tormenta.

Un mes después del inicio de la cuarentena en Bolivia, el 22 de marzo, la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) advirtió el 20 de abril que los diarios en Bolivia estaban al filo del colapso.

Han pasado tres meses de esa advertencia, ¿cómo están ahora?, se le preguntó al presidente de la ANP, Marco Dipp: “El colapso sobre el que advertí al hacer una gestión ante el Gobierno ya ha comenzado a producirse y es inminente. No sé si vaya a tener reversa en muchas de las empresas. Cualquier día despertaremos con la noticia de que alguno de los medios decidió cerrar sus puertas”.

La ANP, fundada en 1970, representa básicamente a periódicos (algunos creados hace más de 100 años y otros hace 10). Estos son: Correo del Sur (Sucre), El Deber (Santa Cruz), El Día (Santa Cruz), El Diario (La Paz), El Potosí (Potosí), La Palabra del Beni (Beni), La Patria (Oruro), Los Tiempos (Cochabamba) y Opinión (Cochabamba), la Agencia de Noticias Fides (ANF) y las revistas América Economía y Energía Bolivia. La Razón no figura porque durante el Gobierno de Evo Morales decidió abandonar la ANP.

¿Gobierno de Áñez igual que el de Evo?

El presidente de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, Pedro Glasinovic, cree que el Gobierno actual transitorio también tiene sus medios preferidos, que son los que no hacen críticas.

“Este gobierno –explicó Glasinovic a Guardiana– actúa igual (al anterior). Discrimina la oferta publicitaria a favor de medios que le son aliados de alguna manera, que replican la agenda gubernamental y no son críticos al Gobierno. Hay una cadena de televisión nacional que tiene más publicidad. Ha desaparecido la pauta para medios que el Gobierno los considera chicos. Esa es una visión obtusa porque desde el análisis no hay medio chico, cada medio tiene un público determinado. Por ejemplo, en una radio provincial, los receptores creen en ese medio porque hay una apropiación del medio. Por tanto, ese análisis está errado absolutamente”.

En los primeros seis meses de gestión de la actual presidenta Jeanine Áñez, el 96,59 por ciento de la publicidad estatal fue destinada a canales de televisión según una publicación de Los Tiempos del 17 de mayo (ver infografía). Del porcentaje contratado por el Gobierno de Evo Morales a los canales, 80 por ciento, este subió 16 puntos más.

La publicidad contratada durante los primeros seis meses de gobierno
de Áñez en una publicación del 17 de mayo de Los Tiempos.
Las listas negras de los gobiernos

De los medios de información en general, más de uno fue puesto en la lista negra por el Gobierno del MAS y públicamente los bautizó con el nombre de “El Cártel de la Mentira”. Y la administración de Morales encargó incluso un video sobre dicho supuesto cártel.

Hoy y sin hacerlo tan notorio, la administración de Áñez hace algo similar y uno de los motivos es el mismo: no se aceptan las críticas.

El 7 de mayo de este año, la entonces ministra de Comunicación, Isabel Fernández (ahora Viceministra de Comunicación), informó que durante los últimos nueve años del Gobierno de Evo Morales se invirtieron Bs 1.700 millones en propaganda gubernamental. 

Más del 80 por ciento de ese monto fue destinado a canales de televisión. Solo en 2019 se entregó a los mismos 248 millones de bolivianos, mientras a los periódicos se les dio 33,7 millones de bolivianos y a las radios 27,1 millones de bolivianos.

“En los medios impresos –dijo entonces Fernández– nos hemos llevado una gran sorpresa al comprobar que, por ejemplo, semanarios que no sé si muchos bolivianos los conocían, recibían muchísimo más dinero que diarios de circulación nacional”. 

Si los gobiernos dan publicidad a quienes no les critican; si las empresas privadas no ponen mucha publicidad y la poca que contratan la retiran durante la pandemia; si hay que pagar salarios que con los años fueron subiendo tanto por la antiguedad del personal como por los incrementos anuales dispuestos por el Gobierno anterior, entre otros factores, la situación económica de los medios de información en general se complica.

Despidos y otras medidas en los diarios

A los despidos que ya se estuvieron produciendo en los últimos años con la figura legal de “retiro voluntario” se deben sumar los despidos realizados durante la pandemia. Están registrados en las federaciones departamentales de trabajadores de la prensa de Bolivia más de 520 trabajadores de la prensa despedidos en plena cuarentena.

Sin embargo, la Ley 1309 advierte que ningún trabajador o trabajadora puede ser echado de su centro laboral. Fue aprobada el 30 de junio por Eva Copa (MAS), presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional, y fue publicada por la Gaceta Oficial el lunes 6 de julio de 2020; aunque su aplicación es retroactiva.

“El Estado protegerá la estabilidad laboral de las y los trabajadores de las organizaciones económicas: estatal, privada, comunitaria y social cooperativa, y otros regulados por las normas laborales, para no ser despedidos, removidos, trasladados, desmejorados o desvinculados de su cargo, excepto los de libre nombramiento, durante el tiempo que dure la cuarentena hasta dos (2) meses después, debiéndose aplicar la presente ley de forma retroactiva a la promulgación”.

Artículo 7 de la Ley 1309

Sin embargo, el Presidente de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia cree que en todo caso, los empresarios dueños de medios están tomando el camino fácil de despedir a las y los periodistas; aunque tiene la esperanza de que de aquí a un tiempo se vuelvan a abrir fuentes laborales. Para el Presidente de la ANP, todo ya se ha precipitado.

Marco Dipp, presidente de la Asociación Nacional de la Prensa (foto: El Deber).

“Ya no hay ley que impida lo que se ve venir en el caso de la prensa escrita, lo que ya ha empezado a suceder: reducciones laborales, mora en los pagos y deudas de todos los medios de comunicación. Ha habido recortes de planillas enteras. Eso va a llevar a que se declaren en quiebra, se limiten a la mínima expresión o desaparezcan. Hasta la más sólida de este país lleva una mora importante en el tema laboral. Abarca a todos la situación. El futuro es incierto y puede ocurrir lo peor en cualquier momento”.

Marco Dipp, presidente de la ANP

Frente a tal panorama, varios medios ya asumieron medidas de corte económico como deshacerse de parte del personal bajo la figura de “renuncia voluntaria”; disminuir, en diferentes porcentajes, los montos salariales o pagar a todos un mismo monto hasta que los diarios puedan circular en las calles nuevamente.

Sin embargo, no todas las partidas han sido tranquilas, consensuadas y legales. Hace poco se produjo un escándalo por 97 despidos en La Razón vía plataforma Zoom. Por ese motivo, el personal despedido presentó una denuncia formal ante el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, tal parece que los problemas no han terminado en este periódico porque este lunes publicó que de los 97 periodistas despedidos, 73 “se acogieron a la renuncia con plenos derechos”, con lo que quedarían “solo 24 trabajadores desvinculados por fuerza mayor”.

La periodista Eva Guadalupe Tapia Castillo, quien trabajó hasta hace poco en La Razón, publicó dicha captura de pantalla en el muro de su Facebook con el siguiente comentario: “

“Hoy #LaRazón publicó un editorial en el que dice que de las 97 personas despedidas vía Zoom, 73 se acogieron a la ‘renuncia voluntaria’. Ahora quiero compartir lo que no dice La Razón sobre este tema. ¿Cómo puede ser que renunciaron si a todos nos despidieron el 1 de julio? Pues fácil, ya arrastrabámos tres meses sin sueldos y todos tienen la necesidad de buscar el efectivo. Cuando las personas se acercaban a preguntar de sus finiquitos, la empresa sacó su ‘gran propuesta’ que no era otra cosa que pago inicial de 20% del finiquito y el resto en cuotas de 12 a 24 meses. Para ‘animar’ a que se acojan a ese plan, se les ofreció uno, dos, hasta tres salarios de desahucio. Lo que tampoco saben es que el momento en que la empresa incumple con el pago total del finiquito, corre una multa del 30%, algo, que también les correspondería con el pago a plazos, pero que la empresa prefiere omitirlo. Ninguno quiso buscar la reincorporación, opción que quedó descartada desde un principio y el trámite para el pago justo es largo (proceso laboral). En medio de la complicación de la pandemia, obvio que la mayoría no tuvo otra opción que aceptar la propuesta. ‘Necesito dinero, voy a ir a negociar’, ‘Tengo un préstamo que ya tengo que pagar’. ‘Ya no tengo para comer, no puedo rechazar’. ‘Dicen que peor sería si hacemos problema y más va a tardar’, son algunos de los mensajes de mis compañeros con los que me adelantaban su negociación, razones que son absolutamente justificadas y respetables. Sin embargo, más de una veintena de extrabajadores, en el que me incluyo, continúan la pelea por lo que es justo y no lo hacemos porque nos sobre el dinero para subsistir mientras esto se soluciona (yo estoy echando mano de mis ahorritos y otros hasta de préstamos de familiares), lo hacemos por convicción de pelear por lo que legalmente nos corresponde. Es realmente una cabronada jactarse de cifras y el cumplimiento de las normas tras haberse aprovechado de la necesidad de los trabajadores. Y bueno, hace mucho tiempo que yo decidí no quedarme callada”.

Otra medida asumida por los periódicos ha sido sacar su producto impreso por lo menos una o dos veces a la semana, a fin de poder publicar las publicidades aún existentes y tener, así, un ingreso.

El 17 de abril de este año, Los Tiempos de Cochabamba publicaba: “El periódico Los Tiempos, en su edición impresa, llegó hoy a diferentes lugares y zonas de la ciudad para reencontrarse con sus lectores, después de 26 días de haber suspendido este soporte debido a la cuarententa que rige en el país para contener la pandemia. Periodistas, fotógrafos y trabajadores del matutino distribuyeron gratuitamente los ejemplares y también los lectores pudieron encontrar la edición en los supermercados de la ciudad. Una edición especial con la información coyuntural y datos valiosos sobre cómo hacer frente a la pandemia”.

Sin embargo, ni obsequiar periódicos ni intentar vender más publicidad para subirla a las plataformas digitales de estos han logrado cubrir, según las personas consultadas por Guardiana, el monto que necesitan estas empresas para cubrir sus planillas salariales, entre otros gastos. Así lo reconoció también el Presidente de la ANP. Por ese motivo, han tenido que acudir a préstamos bancarios.

Publicidad digital cubre solo 5%

Los medios digitales no soportan, en costos, grandes cantidades de gente ¿Qué significa esto? Medios como La Razón tenían 300 personas como personal. Eso solo para tener una idea. Si bien otros tienen menos y con el tiempo han ido disminuyendo, igual superan los 100 trabajadores en periódicos considerados grandes de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.

Dipp habla de 1.200 trabajadores de diez medios que pertenecen a la ANP y otros 1.000 de quienes trabajan en vinculación a los medios como, por ejemplo, canillitas que venden los periódicos, varios adolescentes que ayudan a mantener sus hogares.

“Los afiliados a la ANP teníamos unos 1.200 empleados, 10 empresas, teníamos porque han empezado a producirse recortes inevitables en todas las empresas. No me equivoco al decir que todas hemos ingresado en una mora de pagos salariales y otras obligaciones legales. El colapso que advertía al hacer una gestión con el Gobierno ya ha comenzado a producirse”.

Marco Dipp, presidente de la ANP

Ni siquiera los periódicos grandes que cuentan con medios digitales de larga trayectoria y muchos seguidores han podido conseguir que más del cinco por ciento del dinero que necesitan para cubrir sus costos provengan de la publicidad que circula virtualmente.

“La publicidad ha crecido en lo digital, pero es mínima económicamente hablando porque no representa nada. Ningún efecto que pueda revertir la situación de los periódicos. Además, la publicidad digital tiene un costo bajo y nos enfrentamos a publicidad que viene de las multinacionales vía Google o Facebook, que no es la mejor”.

Marco Dipp, presidente de la ANP

A ello habrá que sumar el problema de que los conocimientos y destrezas de antiguos periodistas que no se han venido capacitando se convierten en una limitante.

Si un medio digital puede ser exitoso con personal que oscila entre las 14 y las 35 personas máximo como ocurre con La Silla Vacía en el primer caso y El Faro en el segundo, se estaría hablando en Bolivia de casi una reducción de 70 por ciento de personal para que un periódico funcione solo en una web y deje a un lado el impreso.

Sin embargo, Pedro Glasinovic cree que ni los empresarios ni los lectores en Bolivia están acostumbrados totalmente a lo virtual y, por ello, considera que los medios impresos todavía tienen futuro, por lo menos inmediato. “Aún los empresarios quieren ver su publicidad en el papel”.

Un apoyo que nunca llegó

El 6 de abril, la ANP envió una carta a la presidenta transitoria Jeanine Áñez, en la que expuso las dificultades de los medios impresos que perdieron el 95 por ciento de sus ingresos.

Pasaron 18 días antes de que tuvieran una respuesta, en este caso del ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, quien invitó a los representantes de dicha entidad a sostener una reunión para “conversar los temas de interés” del sector.

Hubo, al final, tres reuniones entre la ANP y el Gobierno actual. Ningún otro apoyo salvo liberar de aranceles la internación de papel periódico, eso es lo que consiguieron los periódicos. Al final, decidieron “tirar la toalla”.

¿Cuánto ayuda en los gastos de los periódicos dejar de pagar el impuesto por la importación de papel?, se le preguntó a Dipp: “No sé cuánto exactamente, pero representa  mínimamente. No tiene ninguna gravitación en este caso. Y eso beneficiará a importadores más grandes de papel que deben ser dos o tres. No tiene ninguna utilidad porque de qué nos sirve en este momento importar papel si no se distribuyen los periódicos”.

Algo similar le ocurrió a la Asociación de Periodistas de Bolivia según la explicación de su máximo representante Pedro Glasinovic. Hicieron gestiones para el pago de deudas por concepto de publicidad por parte del Gobierno a medios de información. No obtuvieron respuesta oficial.

Después, dicha asociación también realizó gestiones para que se dote a los periodistas de bioseguridad en instrumentos de trabajo porque “no tenían ni barbijos” y tampoco recibieron respuesta oficial ni del Gobierno ni de los propietarios de medios. Al final, esto se fue resolviendo de a poco, incluso con el dinero de los mismos periodistas.

Ley para transparentar publicidad estatal

No es la primera vez que un Gobierno maneja una lista negra de medios que no le agradan. Sucede ahora, sucedió en la administración de |14 años de Evo Morales y también ocurrió antes.

Pedro Glasinovic, presidente de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (foto: Página Siete).

Por eso, se preguntó al Presidente de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia si no habían pensado en la necesidad de que el país cuente con una ley que transparente el manejo de la publicidad o propaganda estatal tomando en cuenta que el dinero es de la población.

“No –respondió Glasinovic– hemos hecho algunos intentos en años anteriores cuando estuve como Presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz.  Incluso Andrés Gómez elaboró un proyecto para eso. Pero no hemos llegado más allá. Sería importante que se elabore una ley que determine cómo se debe distribuir la pauta publicitaria. Sería excelente. Pero no redactada desde el Órgano Ejecutivo, sino con la participación de periodistas, empresarios de la comunicación, Gobierno y Asamblea Legislativa, el asesoramiento de expertos en el tema y muniéndonos de documentos de otros países. Sería excelente porque así tendríamos una norma y no habría problemas y estamos dispuestos”.

La propuesta de Andrés Gómez

La propuesta de Andrés Gómez Vela a la que hizo referencia Glasinovic se llama “Ley de Regulación de distribución de la publicidad estatal para preservar la Libertad de Expresión”. Es un anteproyecto que forma parte de una tesis de maestría de este periodista. En su elaboración registra como fecha diciembre de 2016.

Ese anteproyecto y otros que pudieran presentarse podrían ser analizados durante un proceso de consenso entre diferentes actores como lo planteó Glasinovic. La propuesta de Gómez tiene nueve artículos y, por su importancia, Guardiana reproduce los mismos.

El periodista Andrés Gómez Vela (foto: El Deber).
Ley de Regulación de distribución de la publicidad estatal para preservar la Libertad de Expresión

Por su extensión, solo se han copiado los artículos del anteproyecto de ley y un solo párrafo de una larga exposición de motivos que apela sobre todo a normativa tanto internacional como nacional vinculada al derecho a la libre expresión, entre otros.

“En el caso de la distribución de la publicidad y propaganda oficiales, se configura un caso de censura indirecta cuando la misma es realizada con fines discriminatorios según la posición editorial del medio incluido o excluido en ese reparto, y con el objetivo de condicionar su posición editorial o línea informativa”.

Párrafo de la exposición de motivos del anteproyecto de ley

Artículo 1.- Objetivos de la Ley

a) Fijar las condiciones para el uso de dinero público en la publicidad y propaganda estatales, elaborada por los gobiernos nacional, departamental, municipal y autonomías indígenas; y toda institución que funciona con recursos estatales; y difundida a través de cualquier medio de comunicación social.

b) Transparentar el uso de recursos públicos en la contratación de medios de comunicación social para la difusión de publicidad estatal

Artículo 2.- Ámbito de aplicación de la Ley de Regulación dedistribuciónde la publicidad estatal para preservar la Libertad de Expresión.
  1. Se aplicará a la producción y distribución de publicidad institucional de los gobiernos nacional, departamental, municipal y autonomías indígenas; y toda institución que funciona con recursos estatales.
  2. Se comprenderá por publicidad institucional a la que tiene por objetivo promover la comunicación entre gobernantes y gobernados e informar a la sociedad sobre sus derechos básicos, por ejemplo, de acceso a la educación, salud, al agua; sobre actos y proyectos de los gobiernos y las instituciones estatales; también sobre sus obligaciones, pago de impuestos, participación en actos electorales; y otras actividades institucionales que contribuyan al pluralismo, la libertad, igualdad y la convivencia.
Artículo 3.- Prohibiciones
  1. Queda prohibido el uso de dinero y recursos públicos en beneficio de un partido, un jefe político o para promover la candidatura de un servidor público a cualquier cargo y en cualquier tipo de elección.
  2. En ninguna publicidad institucional debe aparecer ni la fotografía ni el nombre de algún servidor público con mensajes explícitos e implícitos que le atribuyan un servicio o un derecho en favor del ciudadano.
  3. Los servidores públicos encargados de los procesos de contratación de los servicios de producción y/o difusión de publicidad no deben discriminar a los medios de comunicación por su línea editorial y tampoco usar el dinero público como premio y castigo en beneficio de un partido o servidor público.
  4. Queda prohibido privilegiar a una sola empresa o grupo de medios de comunicación, salvo excepciones basadas en la cobertura geográfica.   
  5. Queda prohibido destinar dinero público a la propaganda en favor de un partido, ideología o jefe político en ejercicio de gobierno.
  6. La publicidad estatal no debe inducir al odio ni discriminación de ninguna persona o colectivo.
Artículo 4.- Procedimiento y requisitos

Las distintas reparticiones de los gobiernos nacional, departamental, municipal y autonomías indígenas deben incluir en su planificación anual las campañas publicitarias que realizarán en la gestión con los siguientes criterios mínimos:

  1. Objetivos.- Las campañas publicitarias definirán los objetivos que pretenden alcanzar.
  2. Públicos.- Identificarán al público meta al que se dirige.
  3. Presupuesto.- Establecerán el presupuesto tanto para la producción y difusión en los medios de comunicación, acorde a las tarifas del mercado mediático.
  4. Medios de comunicación.- La campaña fijará los tipos de medios (radio, televisión, periódicos, electrónicos) que usará para alcanzar sus objetivos.
Artículo 5.- Contenidos de la publicidad institucional

La publicidad elaborada con recursos públicos deben ser estrictamente institucionales y el presupuesto anual no debe exceder del 10 por ciento del total anual, salvo justificación definida bajo los parámetros del artículo 4 de esta ley.

Los productos publicitarios a ser difundidos deberán sujetarse a sus objetivos bajo los siguientes criterios:

  1. Contemplar como punto central de los mensajes los servicios prestados, los derechos promovidos o los productos ofertados sin fines de lucro a la comunidad.
  2. Promover de forma general el consumo de productos definidos por las políticas nacionales destinadas a acabar con la desnutrición, lucha contra la pobreza o enfermedades, lucha contra el contrabando.
  3. Fomentar la cultura de la prevención en temas como la violencia intrafamiliar, desastres naturales, medio ambiente, seguridad ciudadana, salud, educación, entre otros.
  4. Informar a la comunidad sobre los programas y planes institucionales destinados a mejorar la calidad de vida de la sociedad.
  5. Establecer mejores canales de comunicación entre gobernantes y gobernados para fomentar la participación ciudadana y el control social.
Artículo 6.- Transparencia y acceso a la información pública

Los gobiernos e instituciones públicas deberán informar, en sus páginas web, los siguientes aspectos:

  1. Las campañas realizadas.
  2. El tiempo de duración de las campañas.
  3. El presupuesto destinado
  4. Los medios de comunicación usados para la difusión.
  5. Los criterios de selección o elección de los medios.
  6. Los objetivos alcanzados o medición de resultados.

La información debe ser difundida cada tres meses y remitida a la Contraloría General del Estado Plurinacional sin previa solicitud.

Artículo 7.- Medios de Comunicación del Estado.

Los medios de comunicación del Estado no gozarán de ninguna preferencia y presentarán sus ofertas de servicio en condiciones de igualdad que los medios privados.

Artículo 8.- Medios de comunicación privados y comunitarios

La adjudicación de difusión de publicidad oficial a los medios de comunicación social privados y comunitarios contemplarán los siguientes parámetros:

  1. Generación de empleos.
  2. Cumplimiento de los derechos laborales y sociales de sus trabajadores y trabajadoras.
  3. Cobertura de públicos con necesidades comunicacionales.
  4. Transparencia en su estructura propietaria.
  5. Publicación de recursos recibidos por concepto de difusión de publicidad oficial.
  6. Cobertura geográfica y alcance de públicos.  
Artículo 8.- De la responsabilidad

Los servidores públicos que incumplan las disposiciones contempladas en esta ley serán procesados y sancionados por la vía habilitada para el efecto.

Artículo 9.- Del Control Social

Las organizaciones de periodistas podrán constituirse, en el marco de la Ley No 341 de Participación y Control Social, en actores orgánicos para transparentar el uso de los recursos públicos en la publicidad y propaganda estatales.

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Más de 520 trabajadores de la prensa son despedidos en plena cuarentena https://dev.guardiana.com.bo/preparate/mas-de/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=mas-de https://dev.guardiana.com.bo/preparate/mas-de/#respond Fri, 10 Jul 2020 13:17:00 +0000 https://dev.guardiana.com.bo/?post_type=preparate&p=8540 La ola de despidos vulnera la Ley 1309 que ordena mantener la estabilidad laboral y prohíbe los despidos, traslados o remociones, excepto en los cargos de libre nombramiento. Guardiana habló con las y los secretarios ejecutivos de la Prensa de cada departamento de Bolivia para conocer, además, cuál es el estado de salud de quienes trabajan en los medios de información.

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Guardiana y foto Los Tiempos (Bolivia)

Viernes 10 de julio de 2020.- Más de 520 trabajadores de la prensa fueron despedidos en el país durante la cuarentena que empezó el 22 de marzo. Sin embargo, está vigente la Ley 1309, Ley que Coadyuva a Regular la Emergencia por el Covid-19, que prohíbe tomar ese tipo de medidas mientras dure la cuarentena e, incluso, dos meses de terminada esta; dicha disposición tiene carácter retroactivo.

La Ley 1309 advierte que ningún trabajador o trabajadora puede ser echado de su centro laboral. Fue aprobada el 30 de junio por Eva Copa (MAS), presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional, y fue publicada por la Gaceta Oficial el lunes 6 de julio de 2020; aunque su aplicación es retroactiva.

El artículo 7 de la Ley 1309 señala en su primera parte: “El Estado protegerá la estabilidad laboral de las y los trabajadores de las organizaciones económicas: estatal, privada, comunitaria y social cooperativa, y otros regulados por las normas laborales, para no ser despedidos, removidos, trasladados, desmejorados o desvinculados de su cargo, excepto los de libre nombramiento, durante el tiempo que dure la cuarentena hasta dos (2) meses después, debiéndose aplicar la presente ley de forma retroactiva a la promulgación”.

Guardiana habló con dirigentes de la prensa de los nueve departamentos de Bolivia para saber cuántos despidos se han producido durante la cuarentena en medios de información. En total, tienen registrados 526 casos.

Sin embargo, podría ser mayor la cantidad de los despidos tomando en cuenta que en muchos casos las y los trabajadores arreglan por su cuenta su situación con los empleadores, haciendo figurar el despido como retiro voluntario y de esto ya no llegan a enterarse las federaciones de la Prensa y menos llegan como denuncia al Ministerio de Trabajo.

De todos modos, quienes hayan despedido a trabajadores de la prensa durante la cuarentena, deberán, según el mismo artículo 7 de dicha ley, reincorporarlos “con el pago de la remuneración o salario devengados correspondientes”.

Si bien el fenómeno de los despidos es uno de los más conocidos actualmente, existen otros como, por ejemplo, la disminución de salarios, en algunos casos en consenso con las y los trabajadores mientras dure la pandemia y no se pueda vender periódicos en las calles como se acostumbraba antes de la pandemia Covid-19 y, en otros, el recorte tiene carácter permanente.

La mayoría de casos en Santa Cruz

El gremio de los trabajadores de la prensa de Santa Cruz es, por ahora, el más golpeado por la ola de despidos. El secretario general de la Federación cruceña, Milton Montero, comenta que hasta el lunes 6 de julio ya sumaban 268 los retiros.

Sin entrar en detalles, explica que los medios con más casos son El Deber, El Día, Cadena A, Bolivisión, Red Uno y Solo Noticias. En otros casos, los medios han conseguido aplicar una disminución salarial de hasta el 35 por ciento.

Al margen de aquello, según el dirigente, hay acciones de intimidación. A la Federación llegaron denuncias en sentido de que trabajadores de un canal de televisión fueron obligados a apagar sus teléfonos celulares para que no puedan tomar imágenes de cómo se intentaba forzar la firma de cartas de renuncia.

No es el único problema que enfrentan las y los trabajadores de los medios de información. El hecho de tener que seguir haciendo su cobertura en las calles y no siempre con las medidas de bioseguridad correspondientes, ha dado lugar a que vayan contagiándose con Covid-19.

La pandemia se llevó tres vidas de trabajadores de la prensa en Santa Cruz. Cerca de 120 han sido infectados con el coronavirus y una veintena está en aislamiento. Montero también hace notar que los ejecutivos de los medios utilizan a la pandemia como argumento para hacer de las suyas.

La Paz, con más de 200 despidos

Más de 200 trabajadores de la prensa fueron despedidos en la ciudad de La Paz, en plena cuarentena, de acuerdo con los datos oficiales del secretario Ejecutivo de la Federación de Trabajadores de La Prensa de La Paz, Edgardo Vásquez. Agrega que la cifra real es mayor, pero muchos trabajadores no quieren formular queja o acción alguna por miedo a represalias patronales y esto impide cuantificar el número de afectados.

Los despidos más recientes se dieron en el periódico La Razón, que ascienden a 97. Los retiros fueron dados a conocer a través de una reunión vía Zoom (escuchar el audio).  

El canal Bolivisión fue otro medio en el que hubo unos 21 despidos. “Han ido echando de dos en dos”, según el dirigente.

En medios estatales

El periódico estatal Bolivia, antes denominado Cambio, procedió con la cesación de funciones de 60 trabajadores, a los que se suman 30 de Radio Illimani, antes conocida como Patria Nueva.

El secretario Ejecutivo de la Federación de Trabajadores de La Prensa de La Paz sostuvo que también hubo desvinculaciones en el canal estatal Bolivia Tv, pero no dio mayores detalles.

De acuerdo con Vásquez, no solo hubo despidos, sino también violaciones a los derechos laborales, como la reducción de salarios, pero los afectados prefirieron guardar silencio para preservar su fuente laboral.

La Federación opina que el trato que reciben los trabajadores del sector vulnera los derechos laborales establecidos en la Constitución Política del Estado, Ley General del Trabajo y en los convenios con la Organización Internacional del Trabajo (OIT-Convenio 87), que establecen que los trabajadores tienen libertad de organizarse y garantías para recibir sus remuneraciones salariales.

También puedes leer: Despidos, a la orden del día, ¿qué necesitas saber?

Movilizaciones

Los trabajadores de la prensa de La Paz se movilizaron el martes 7 para exigir el respeto a sus derechos. La Federación anunció que enviará una carta a la presidenta transitoria Jeanine Añez para que haga respetar las normas.

Vásquez anticipó que se realizará una acción legal conjunta por los derechos de los trabajadores de La Razón y los otros medios de comunicación.

Con relación a casos de contagio de la Covid-19 entre sus afiliados y afiliadas, la entidad sindical paceña informa que no tiene el dato oficial del número de periodistas o trabajadores del sector infectados.

El caso de La Razón

A las 18.45 del 1 de julio, empezaron a circular alertas en las redes sociales que decían: “#MasacreBlanca en #LaRazón. La responsable de la crisis, Claudia Benavente, no dio la cara y envió a sus subalternos para notificar vía Zoom“. En realidad, 97 trabajadores y trabajadoras de La Razón y Extra acababan de ser desvinculados de la empresa virtualmente.

Guardiana quiso hablar sobre el tema con el jefe de Redacción de La Razón, Miguel Gómez. Sin embargo, él indicó que solo la Directora de ese medio, Claudia Benavente, puede informar sobre el asunto y que, en todo caso, la posición de ella y de la empresa ya fue reflejada en el editorial publicado el 3 de julio.

Dicho editorial habla de la delicada situación de la prensa en el mundo, de la que “los diarios La Razón y Extra no han sido la excepción. Desde hace mucho tiempo la administración de la empresa editora de ambos medios, como es de conocimiento general, ha realizado grandes esfuerzos para mantener la estabilidad laboral de sus trabajadores; sin embargo desde marzo de este año ambos medios nos vimos severamente afectados por la emergencia sanitaria generada por la propagación del COVID-19 y la consecuente cuarentena, que paralizaron casi en su totalidad los servicios periodísticos y editoriales. No obstante, con mucho esfuerzo, ambos medios hemos seguido brindando información completa y oportuna al público lector”.

“En este contexto, nos hemos visto obligados a acelerar los planes de transformación para hacer frente al más grande desafío de nuestra historia. Después de una agresiva reducción de costos operativos, la administración inició un plan de desvinculación voluntaria al amparo de la normativa laboral en vigencia, al que se ha acogido un amplio grupo de trabajadores. Siguiendo con el plan de transformación entramos días atrás en la segunda fase, consistente, nuevamente de forma voluntaria, en que una parte importante de nuestro personal continúe trabajando bajo nuevas condiciones, acordes a los desafíos planteados y a las nuevas circunstancias de los medios de comunicación masiva”.

Sin embargo, los hechos –como se podrá comprobar en el audio de la reunión sostenida vía Zoom y en la explicación de la dirigente de los trabajadores de La Razón, Guadalupe Tapia Castillo–, demuestran que no hubo para los 97 trabajadores despedidos esa decisión “voluntaria” a la que se refiere el editorial de La Razón.

Salvo que las y los despedidos firmen su carta voluntaria de retiro, la que el personal de Recursos Humanos ha tratado de hacer firmar en los últimos días a cambio de que los trabajadores puedan sacar de las instalaciones sus objetos personales, lo cierto es que de acuerdo al mandato de la Ley 1309, al personal administrativo de La Razón y Extra no le quedará otra opción que reincorporar a los 97 a su trabajo.

Pronunciamiento

Sin embargo, Tapia Castillo dijo en una entrevista realizada el fin de semana vía Zoom que las y los trabajadores solo esperan que les paguen todo lo que les corresponde de acuerdo a ley, en el tiempo que debe ser, y no en cuotas como pretende hacerlo la empresa, porque seguir trabajando en un lugar en el que fueron maltratados, ya no forma parte de sus planes.

La periodista Guiomara Calle, hasta hace poco editora del área Sociedad de La Razón, dijo el 3 de julio: “Son 97 despedidos y al menos otros 50 que renunciamos en medio de maltratos, una serie de amedrentamientos y un ambiente laboral insoportable. Yo rechacé su cómodo e ilegal plan de pagos de beneficios sociales y los denuncié ante el Ministerio de Trabajo, luego de esperar los 15 días de plazo para el pago. Ese es el escenario en el que quiero tratar mi caso porque no les tengo ni una pizca de confianza a Claudia Benavente y Hans Jacobs, el subgerente de RR.HH, el más abusivo que he conocido”.

El lunes 6 de julio, el Sindicato de Trabajadores de la Razón presentó por escrito denuncia en el Ministerio de Trabajo por los 97 despidos ilegales.

Calle volvió a escribir en su muro de Facebook, este 9 de julio: “Ni el abusivo de Hans Jacobs, subgerente de RRHH, ni las decenas de abogados que seguramente contrató La Razón para su masacre blanca se presentaron hoy a la citación del Ministerio de Trabajo para el pago de mis salarios de abril, mayo, parte de junio y beneficios sociales, que seguramente equivalen a la pizca de la pizca de los millones de dólares que atribuyen como ganancia al propietario Carlos Gill solo en Bolivia. Siguen los atropellos”.

El periódico La Razón, fundado en 1990, pasó a manos del empresario Carlos Gill Ramírez durante el gobierno de Evo Morales. La comunicadora Claudia Benavente asumió la Dirección del periódico.

Benavente, Rubén Atahuichi (Jefe de La Razón Digital) y Miguel Gómez fueron acusados en los últimos meses de mal manejo periodístico por parte de las y los trabajadores de La Razón. Al respecto, Tapia contó que una cosa se decidía en las reuniones de editores y luego, al día siguiente, las y los periodistas se desayunaban con otra portada, lo que daba lugar a polémica interna.

La Dirección de La Razón ha sido acusada de trabajar a favor del MAS a través del periódico. Sin embargo, aunque Tapia explicó que dicho manejo luego era motivo de polémica y problemas internos en el periódico, reconoció en una entrevista que le hicieron, vía Zoom, que probablemente las y los periodistas reaccionaron públicamente demasiado tarde.

Al respecto, El Diario publicó el 3 de julio: “En diez años como directora de La Razón, Benavente la inclinó a favor del MAS desde el primer día. El indicio inaugural fue que cuando asumió el mando, La Razón fue el único diario en La Paz que se rehusó a publicar su portada en blanco en protesta por la promulgación de la Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación. Aquella acción de protesta había sido decidida por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que congrega a los propietarios de periódicos de Bolivia”.

Cinco despidos en Oruro

En Oruro se despidió a cinco periodistas en el diario La Patria. Sin embargo, no hubo queja alguna porque la empresa negoció con los trabajadores para pagarles sus beneficios sociales, informó Marco Antonio Flores, secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro.

“Oficialmente han pedido que renuncien, así que no les pagaron el desahucio”, dijo Flores.

En cuanto a radios y canales de televisión, no hubo destituciones porque la mayoría de estos medios son autogestionarios.

En la capital orureña tres periodistas se contagiaron con la Covid-19, uno ya se recuperó y los otros dos están en proceso de recuperación.

Un solo caso en Pando

En Cobija, Pando, solo se conoció de la destitución de un periodista de Radio Illimani, de acuerdo con el reporte de Roxana Sánchez, secretaria ejecutiva de la Federación de Trabajadores de Prensa de Pando, quien refirió que se encontraban en negociaciones para lograr su reincorporación.

No hubo más despidos, aunque recibió quejas de comunicadores de la Alcaldía de Cobija, donde despidieron a dos personas, una de las cuales es tutora de una persona con discapacidad, por lo cual no procede su retiro.

Sánchez también informó que oficialmente solo un periodista de un canal televisivo se contagió con la Covid-19 y que si bien otros trabajadores de la prensa tienen síntomas, no se tiene certeza “porque no hay pruebas”.

Bolivia Tv y TVU entregaron trajes y equipos de bioseguridad a sus trabajadores, mientras que el resto de los medios “se conformaron con darles un barbijo, un par de guantes y pare de contar”, según la dirigenta.

Al menos 52 despidos en Cochabamba

La Federación cochabambina informaba que hasta el miércoles tenía registrados 52 despidos en seis medios de información. Añadió que ya se presentaron las denuncias ante la oficina departamental del Ministerio de Trabajo.

Uno de los medios en el que hubo movimiento al respecto en las últimas semanas fue Los Tiempos. Más de uno se despidió a través de su muro de Facebook. Y estos cambios llegaron, incluso, a los niveles más altos. El lunes 6 de julio, dicho medio publicó en su edición impresa:

“Por razones de urgente reestructuración que obedecen a las extraordinarias circunstancias económicas y logísticas resultantes de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia, Editorial Canelas ;(…); se ha visto en la necesidad de adoptar decisiones que en otras circunstancias no hubieran sido consideradas. Las circunstancias que ECSA atraviesa resultarían más difíciles de afrontar sin la buena disposición de su equipo de periodistas, trabajadores, funcionarios administrativos, ejecutivos, directivos y accionistas, quienes con su espíritu de comprensión, paciencia y desprendimiento facilitan la aplicación de las urgentes medidas de reestructuración. En ese contexto, ECSA y Los Tiempos expresan su agradecimiento a nuestra exdirectora, la Sra. Luz Marina Canelas, quien como subdirectora primero, directora después, estuvo al frente de la conducción de este matutino y le desea el mayor de los éxitos en las nuevas actividades que ha decidido emprender”.

No se conoce la carta de renuncia de Luz Marina Canelas a la Dirección de Los Tiempos. Se sabe que ella viajó a Estados Unidos a recoger unos equipos para el periódico y, en el interín, asumió el cargo de director otro periodista con el argumento de que ella se había alejado del periódico. También se sabe que durante la cuarentena se pidió a los jefes de área de la empresa que presenten una lista de reducción de personal.

En los últimos años, tanto ese periódico como Opinión fueron disminuyendo su plantel de trabajadores y también reestructuraron los niveles salariales, situación similar a la de algunos canales de televisión y radios.

El dirigente David Ovando, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba, dijo a la Red ATB que los trabajadores están protegidos por la ley y exhortó a los empresarios a que cumplan lo que ordenan las normas.

En otro orden de cosas, 14 trabajadores de medios de información de Cochabamba se contagiaron con Covid-19 en los municipios de Cercado, Quillacollo y Sacaba. Dos de ellos se encuentran en terapia intensiva en centros médicos privados.

Una alianza en Potosí

La dirigente gremial de Potosí, Jeaneth Cortez, comenta que hasta la fecha no se han registrado despidos en ese departamento. Ella atribuye esta situación a una alianza entre la Federación, la Asociación Boliviana de Radiodifusoras (Asbora), la Asociación de Periodistas y propietarios de medios televisivos.

El pacto –vigente desde el año pasado– apunta a evitar la asfixia económica y despidos con acuerdos que buscan, por ejemplo, no incrementar los costos en la venta de espacios en los medios, y que periodistas independientes y medios de comunicación puedan vender publicidad. Esto sucede con los medios que no tienen acceso a grandes contratos publicitarios con instituciones como la Alcaldía, la Gobernación y empresas.

Con relación a la Covid-19, la Federación solo tiene registrado un caso positivo confirmado, pero la persona infectada está respondiendo a  la medicación, dice Cortez. Se sabe también de una decena de muestras de laboratorio que dieron resultado negativo. Un periodista que trabajaba como corresponsal de Radio Panamericana en Potosí murió en Cochabamba, a donde había sido trasladado.

La Federación distribuyó entre sus afiliados algunos elementos de medidas de bioseguridad, a veces con apoyo institucional. Los medios no aportaron, dijo Cortez.

Chuquisaca, sin datos

En el departamento de Chuquisaca tampoco hubo, supuestamente, despidos. La Federación chuquisaqueña solo tiene en sus registros el caso de rebaja salarial en el diario Correo del Sur y la finalización de contratos en BoliviaTv. A ello se suma la suspensión de publicidad que afecta a productores independientes, según el secretario ejecutivo del ente sindical Edwin Urizar.

En filas de los trabajadores de la prensa no se han presentado casos de Covid-19, aclara el dirigente. Hubo quejas por la falta de insumos de bioseguridad; aunque esta carencia pudo ser paliada con el apoyo de la Gobernación, del desaparecido Ministerio de Deportes, la organización Plan Internacional y el apoyo de empresarios, legisladores, incluso del grupo musical Eclipse.

Beni, sin despedidos

La Federación de Trabajadores de la Prensa del Beni tampoco tiene despidos en sus registros. En contacto vía Whatsapp, el secretario ejecutivo Humberto Egüez hizo saber que no conoce de ninguna denuncia de despido. Tampoco sabe de amenazas o amedrentamiento de parte de los ejecutivos de los medios hacia los afiliados.

Con relación a la pandemia, esa entidad sindical ha registrado 45 casos de periodistas con resultado positivo de laboratorio. Calcula que el 70 por ciento de ellos ya se ha recuperado y los otros continúan aislados. En este departamento se registraron dos decesos confirmados por Covid-19.

De otro lado, Egüez calcula que el 75 por ciento de los trabajadores de la prensa beniana es independiente, razón por la que ellos mismos tendrían que velar por su bioseguridad.

Tarija, no hay información

Elizabeth Rendiz, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Tarija, dijo que esa organización no tiene datos sobre despidos ni denuncias de amedrentamientos. Recuerda que hubo algunos despidos en ATB, pero aclara que no por la pandemia, sino por una supuesta crisis interna.

“Aquí el tema pasa porque la mayoría son independientes y algunos prácticamente (trabajan) a destajo”, indicó Rendiz.

Y con respecto a los insumos de bioseguridad, Rendiz explicó que las y los asalariados reciben el apoyo de sus jefes, pero los independientes están librados a su suerte.

El Alto, sin datos

La Federación de Trabajadores de la Prensa de El Alto, liderada por Lucas Yujra, dijo que hasta este jueves no había conocido de ningún caso de despidos, ni siquiera a través del grupo de WhatsApp con el que se contacta con afiliados y afiliadas a esa organización.

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Covid-19 obliga a periodistas a capacitarse más https://dev.guardiana.com.bo/preparate/consejos-para-periodistas-en-tiempos-de-capacitacion-sobre-la-covid-19/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=consejos-para-periodistas-en-tiempos-de-capacitacion-sobre-la-covid-19 https://dev.guardiana.com.bo/preparate/consejos-para-periodistas-en-tiempos-de-capacitacion-sobre-la-covid-19/#respond Thu, 30 Apr 2020 15:00:00 +0000 https://dev.guardiana.com.bo/?post_type=preparate&p=7250 El nuevo virus no sólo ha puesto de vuelta y media a científicos y médicos, sino a quienes informan a la población. Por ello, uno y otro proceso corto de capacitación ha sido habilitado en Bolivia y otros países. Te comentamos cuáles son las recomendaciones más importantes.

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Por Amparo Canedo, Guardiana (Bolivia)

Jueves 30 de abril de 2020.- Hay áreas en el periodismo como la económica o la de salud que constituyen, cada una por separado, un microcosmos con terminología técnica, reglas, procedimientos y avances que requieren de parte de quien informa los conocimientos necesarios sobre el funcionamiento de ese mundo. La falta de dichos conocimientos, la rapidez con la que se pretende informar al mundo en las redes sociales que atenta contra la investigación y los necesarios antecedentes y contexto más la generación de noticias alarmistas y falsas han dado lugar a que más de una institución se preocupe y habilite procesos de capacitación para periodistas que han ido en aumento no sólo en Bolivia, sino a nivel internacional.

La o el periodista está frente al problema de tener que traducirle la información médica técnica a la población de tal manera que ésta entienda, pero sin alarmarla innecesariamente.

En tiempos de pandemia como los actuales en los que los mismos científicos y médicos poco conocen sobre el nuevo virus, el escenario es más complejo porque requiere que quien es periodista no se preocupe únicamente por titular de manera novedosa, sino que trate con pinzas la información y de la manera más completa posible para no ocasionar mayores problemas de los que ya existen en los diferentes países, sin que ello signifique dejar a un lado su función de vigilancia periodística.

Complicado panorama si se toma en cuenta las condiciones en las que hoy tienen que trabajar las y los periodistas en Bolivia, con un número de periodistas disminuido por la crisis económica por la que atraviesan los medios de información, sobre todo impresos, por lo menos desde el año 2002.

Desde que empezó la cuarentena total en Bolivia el 22 de marzo, muchos periodistas trabajan desde sus casas y otros arriesgan su salud haciendo cobertura en las calles. En la otra acera, entidades a las que les preocupa el tratamiento informativo de la pandemia han lanzado cortos procesos de capacitación e, incluso, guías como la preparada por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud titulada “Covid-19, Consejos para Informar”.

Entre los factores o problemáticas en los que más reiteran los diferentes procesos de capacitación se pueden mencionar los siguientes:

  • La necesidad de un mayor conocimiento de la terminología y procedimientos en el área de la salud para el tratamiento adecuado de la información sin causar más alarma entre la población que está pendiente de información.
  • Tener cuidado no sólo con la circulación de información falsa, sino con los escasos conocimientos de personas que a pesar de ser del área de salud, no están preparadas para responder algunas preguntas (incluyendo ministros y presidentes de Estado).
  • Tener cuidado al abordar a las personas enfermas mediante la empatía.
  • Tratar de abordar los temas de manera integral y no sólo siguiendo las rutas de las fuentes de información vinculadas al poder.
  • Estar conscientes en todo momento de que la o el periodista también debe cuidar su salud, sobre todo durante coberturas en la calle.

Muchos de estos consejos tienen que ver, en realidad, con los cuidados que en general se debiera tener al poner en práctica un periodismo responsable, ético y acorde con los principios reflejados en los códigos de ética periodísticos que dicen que las y los periodistas están al servicio de los derechos humanos (entre ellos están los derechos a la vida y la salud), la paz y la justicia.

CADA ÁREA, UN MICROCOSMOS POR CONOCER

Investigadores de trayectoria conocida de América Latina como Daniel Santoro recomiendan a quien quiera ser una o un periodista responsable conocer el área y temas en los que quiere trabajar y eso lleva un tiempo. No se puede hablar sobre lo que no se conoce porque uno puede equivocarse. Por ejemplo, causar alarma porque un test dio negativo al coronavirus que luego resultó ser positivo es una prueba de que poco se conoce del área de la salud porque los médicos saben que esto suele ocurrir y, por ello, a quienes se sanan les están haciendo más de una prueba antes de darles de alta.

En el caso de la pandemia actual, lo mínimo que se espera de quien cubre la información vinculada a la enfermedad Covid-19 es el conocimiento de los términos y procedimientos empleados por el personal de salud y hacer el esfuerzo de traducirlos a un lenguaje más accesible y claro para la población, a fin de que esto, dicen la OMS y la OPS, sirva “para educar al público sobre temas de salud, evitando el lenguaje sensacionalista”. 

Precisamente en esa línea, la Fundación Gabo, la Universidad del Norte y la Fundación Santo Domingo presentan hasta el 7 de mayo de 2020 el ciclo “Epidemiología para periodistas”, una serie de seminarios web cuyo objetivo es brindar una introducción a la epidemiología y ofrecer herramientas para contar con más precisión lo relacionado con el coronavirus. 

Carlos Castillo Salgado, profesor de la Universidad Johns Hopkins (foto: Cortesía Universidad del Norte).

En la primera actividad del ciclo, el Dr. Carlos Castillo-Salgado, profesor del departamento de Epidemiología de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, fue el encargado  de introducir a los conceptos y medidas epidemiológicas más usados en la vigilancia y manejo de brotes y epidemias (los puedes leer aquí). Al respecto, vale la pena rescatar dos términos técnicos muy escuchados hoy y explicados por Castillo-Salgado:

  • ¿Qué significa factor de riesgo?
  • “Atributo de un individuo o población que incrementa la incidencia de determinadas infecciones o enfermedades. Conocer los factores de riesgo permite generar acciones de control o de prevención”.
  • ¿Qué significa tasa de letalidad?
  • “El número de muertes que se producen por el virus en un período determinado entre el número total de casos diagnosticados. Cuando no se pueden diagnosticar todos los casos diagnosticados, esta tasa aparece más elevada”. 
  • ¿Qué significa el concepto “aplanar la curva”?
  • “Aplanar la curva es cuando observamos que, a lo largo de dos semanas, el número de casos nuevos y de muertes que ocurren cada día es menor al día anterior. ¿Por qué dos semanas? Porque es el período de incubación del virus”.
  • ¿Cuándo se puede establecer que la pandemia ya estuvo en su pico?
  • “Se requiere una disminución sostenida de nuevos casos durante 14 días”.

El editor chino de GIJN, Joey Qi, quien trabajó desde el centro de la pandemia en China, entrevistó a varios periodistas que están al frente de la cobertura de la Covid-19. Ellas y ellos (que pidieron quedar en el anonimato), le dijeron:

“Si no eres un periodista especializado en salud, familiarízate con las leyes y regulaciones básicas para enfermedades infecciosas, así como con los procedimientos de prevención y control, antes de salir a informar. Por ejemplo: ¿Cuáles son los criterios de diagnóstico para la Covid-19? ¿Cuáles son los procedimientos para cubrir enfermedades? ¿Cuáles son los métodos de control de enfermedades? Revisar esta información te ayudará a comprender el sistema de prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, y eso será útil para tu trabajo”.

Joey Qi, editor chino de GIJN

Uno de los ejemplos se puede encontrar en el uso de las palabras coronavirus y Covid-19 por cuanto aún hay periodistas que manejan de manera indistinta ambos términos cuando, en realidad, no son sinónimos:

Coronavirus: “Los coronavirus (CoV) son una gran familia de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves. La epidemia de Covid-19 fue declarada por la OMS una emergencia de salud pública de preocupación internacional el 30 de enero de 2020. El director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció el 11 de marzo de 2020 que la nueva enfermedad por el coronavirus 2019 (Covid-19) puede caracterizarse como una pandemia. La caracterización de pandemia significa que la epidemia se ha extendido por varios países, continentes o todo el mundo, y que afecta a un gran número de personas” (OMS/OPS).

Covid-19: “La Covid-19 es una enfermedad causada por un coronavirus nuevo que no se había detectado anteriormente en seres humanos. Los coronavirus son una gran familia de virus que se encuentran tanto en animales como en los seres humanos” (OMS/OPS).

AGENDAS DEL PODER Y PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN

Cada Gobierno ha trazado su propia ruta en la lucha contra la pandemia, unos privilegiando más la salud y otros la economía, y uno que otro tratando de hacer equilibrios complicados.

Quien es periodista no está al servicio de gobierno alguno, sino de la población y, por ello, no tiene la obligación de remarcar en aquello que remarca un gobierno o dejar de lado aquello que es dejado de lado por una administración.

En ese sentido, si un determinado gobierno no se preocupa por la gente más necesitada o no incluye en sus discursos una visión más integral del problema, quien informa deberá preguntar por lo que no está visible o no puesto en agenda si es que considera que se trata de un asunto importante.

También tendrá que tener cuidado con las declaraciones de las autoridades. El ser autoridad no es sinónimo de sabiduría. El Presidente de un país puede equivocarse y si es así, quien informa debiera hacerlo notar y no dar curso, sin más ni más, a la declaración sin contextualizarla.

Thomas Abraham, periodista especializado en salud, experto en enfermedades infecciosas y en seguridad sanitaria mundial, y antiguo consultor de la Organización Mundial de la Salud, explica que es importante activar el periodismo de investigación hoy frente a las agendas del poder y pone un ejemplo:

“Hong Kong informó de un caso de una mujer de 69 años que había estado en Delhi del 31 de enero al 24 de febrero. Tenía diarrea, y para cuando llegó a Hong Kong, se sentía peor. Si ella había estado en la India todo este mes, claramente se contagió en la India. Así que una cosa obvia sería mirar si otros casos en Delhi fueron reportados durante este período. Si no hay ningún caso, ¿qué nos dice esto? Que la vigilancia es mala y que claramente hay circulación. Una vez que tienes este marco, empiezas a hacer preguntas. No importa lo que la gente te diga. ¿Qué es lo que quieres saber? Y entonces obtienes una historia mucho más interesante que decir, ’23 nuevos casos fueron reportados en la India hoy'”.

Y luego Thomas Abraham reflexiona: “Esto es lo que hace el periodismo de investigación: mirar las cifras, encontrar patrones uno mismo, y tratar de descubrir anomalías, y luego ir a la gente y preguntarle, ¿cómo se explica esto? Esto no está sucediendo en absoluto. La agenda está siendo definida por las conferencias de prensa”.

NOTICIAS FALSAS O MEDIAS VERDADES

Una de las preocupaciones de hoy es la generación de noticias falsas que no necesariamente se producen porque quien escribe es una especie de terrorista de la información.

También puede ocurrir que los datos dados por un médico sean tergiversados al intentar traducirlos mediante explicaciones que todas y todos entiendan o, incluso, pueden producirse por la falta de antecedentes y contextualización, y no solo por el manejo errado de información proporcionada por una fuente.

Lamentablemente, una de las características de este tipo de información es que suele, además, ser alarmista y, por ello, tiende a viralizarse fácilmente en las redes sociales, causando mayor incertidumbre en la población y dando lugar a que en vez de ayudarle a mejorar su calidad de vida, se empeore la misma.

PLANIFICACIÓN, ANTECEDENTES Y CONTEXTO

Buen parte del problema de la falta de información completa que no dé lugar a la existencia de medias verdades tiene que ver con la falta de conocimiento del área de la salud, el poco tiempo destinado a la elaboración de la información y la deficiente planificación e inexistentes antecedentes y contexto que ayudarían a evitar este problema.

“Lo que es realmente difícil es tratar de entender el significado de qué significan realmente estas cifras (de muertos, enfermos, sospechosos por país) ¿Y cómo se supone que debe responder el público? Como periodistas, lo primero que debemos ser capaces de hacer es poner esto en contexto. Y eso no es fácil, porque la gente sólo sigue las conferencias de prensa y recibe los titulares. El comunicado de prensa no es la historia. Es el comienzo de una historia“.

Periodista Thomas Abraham
ÉTICA, ANTE TODO

Por ética, hay muchas cosas que las y los periodistas no deben hacer como, por ejemplo, identificar los nombres y viviendas de quienes están enfermos o de los centros médicos en los que se encuentran porque dan lugar a que intenten atacarlos como ya ha ocurrido en Bolivia en más de una oportunidad.

En ese afán de “cubrirlo todo”, hay periodistas que han arriesgado su propia salud intentando acceder a los mismos pacientes contagiados, alimentando, de ese modo, el morbo. Sin embargo, si una persona con la enfermedad decide contar su historia como ha venido ocurriendo en las redes sociales, eso corre por cuenta propia de quien decidió asumir tal riesgo social.

NO A LOS ADJETIVOS NI A LA ESTIGMATIZACIÓN

Muchas veces no se termina se entender cuán perjudicial es el uso del adjetivo calificativo en una información. Por un lado, contribuye a la estigmatización de personas y países enteros y, por otro, da lugar a una interferencia en la información debido a que quien lanza el adjetivo lo hace a partir de una escala de valores subjetiva y quien escucha lo hace a partir, probablemente, de otra escala, lo que da lugar a la generación de una especie de ruido informativo. En momentos en que se requiere de total claridad y precisión en el tratamiento de la información, no es para nada aconsejable el uso de adjetivos y/o juicios de valor.

Pero no sólo el adjetivo ocasiona estigmatización, sino la búsqueda y publicación de cierta información como el identificar al paciente cero o insistir en que fue su pariente llegado de Europa el que lo contagió. ¿Se imagina, por un momento, quien informa cómo se sentirá el tal pariente o la forma en que será mirado a futuro por su propia familia?

Y la insistencia de vincular a la enfermedad en su origen como de procedencia china también alimenta la estigmatización, en este caso contra ciudadanos/as chinos/as. La periodista Leah Carroll se preguntó ¿por qué todas las historias sobre el coronavirus muestran imágenes de un barrio chino?… La respuesta no es otra que racismo en el periodismo. Imágenes de supermercados vacíos y personas usando máscaras como si se tratara del fin del mundo, tampoco son recomendadas por esta guía para periodistas elaborada por Reframe”, hace notar la Red Ética.

EMPATÍA CON LOS PÚBLICOS

Cuando los códigos de ética señalan que las y los periodistas deben estar al servicio de los derechos humanos y entre éstos están los derechos a la vida y la salud, no se puede esperar que tal objetivo se cumpla si en vez de ayudar a la población a salir adelante, se le infunde mayor miedo e incertidumbre de los que ya siente.

En cuanto a la empatía, los escenarios son muchos. Uno de ellos es el de los familiares de personas con Covid-19 que no pueden despedirse de sus seres queridos.

“Preste la debida consideración a las personas que han perdido a sus familias”.

Organización Mundial de la Salud
Cuidados, no ocultar información

Esto no implica ocultar información, no. Requiere que la información dada sea a partir de fuentes confiables y que los datos sean procesados de manera precisa, completa, con antecedentes y contexto a partir de la evidencia, lo que significa que no se parta de supuestos, cábalas o mitos que predicen el futuro o alimentan, incluso, falsas esperanzas como la de la existencia de una cura a partir de cierto medicamento o hierba como se ha estado informando en el país con respecto, por ejemplo, al uso del eucalipto.

Otro escenario urgente de empatía es el de las personas de escasos recursos que ni siquiera, muchas veces, tienen acceso a las redes sociales para hacer conocer su reclamo y voz. Ellas no solo merecen respeto, sino el seguimiento necesario por parte de los medios de información para que sean atendidas y tengan una oportunidad en caso de enfermarse, además de ver la manera de llegar a ellas con información. “Brinde consejos para la población más vulnerable y en mayor riesgo”, nos recuerda la OMS y OPS y esto, naturalmente, incluye a los adultos mayores que son, en esta pandemia, uno de los grupos más vulnerables por las enfermedades que ya llevan encima y pueden dar lugar a que su salud empeore si contraen la Covid-19.

INFORMACIÓN ÚTIL

¿Cuál es la información útil? Toda aquella que pueda ayudar a prevenir aglomeraciones de la gente que dé lugar a que contraiga la enfermedad. También aquella información que ayude a corregir situaciones que perjudiquen a la población como sucedió con el uso de túneles y cabinas de supuesta desinfección que luego se supo que son nocivos para la salud de las personas.

NO SÓLO NÚMEROS

“Trascienda los números de casos y muertes, y contribuya a explicar el contexto y a brindar consejos de salud para la población…”, aconseja la guía para periodistas de la OMS/OPS. Sin embargo, cada noche como si se tratara de un parte de guerra, el Gobierno informa al país sobre cuántos contagiados nuevos existen en Bolivia, en qué departamentos están, cuántos muertos y cuántos sospechosos. Algún día se evaluará si estos minutos del terror fueron los más aconsejables en un Ministerio como el de Salud.

En todo caso, las y los periodistas tenemos que saber que dar sólo números y estar pendientes más de eso no ayuda mucho porque si la situación empeora en Bolivia, esto solo puede coadyuvar a deteriorar el estado de salud mental de la población, sobre todo de aquella que sabe que es la más vulnerable como es el caso de los adultos mayores o de aquella que se sabe responsable por la economía de la familia.

Y es, precisamente, este uno de los puntos cruciales por cuanto la violencia dentro de las familias está tendiendo a empeorar porque si el varón ya era violento, al estar encerrado con su pareja e hijos las 24 horas del día, puede tender a ejercer mayor violencia al influir sobre él otros factores adicionales al patriarcado como la falta de dinero o la incertidumbre sobre el futuro.

FUENTES QUE APORTEN

La elección de las fuentes de información se ha convertido en el meollo del asunto y no sólo por la posibilidad de compartir información de fuentes falsas, sino de informar mediante fuentes que no son expertas, aunque a veces decimos que lo son.  

Además, uno de los problemas de la información falsa es que muchas veces logra camuflarse para parecer información verdadera y, por ello, doble el reto de quienes somos periodistas para difundir información de fuentes “confiables, científicas, verídicas y chequeadas, citando a científicos, investigadores, salubristas, académicos y especialistas de diversas disciplinas que despejen dudas y lleven claridad a la población sobre la situación”, recomiendan la OMS y OPS.

“Tener un Premio Nobel no convierte a cualquier científico en una autoridad para hablar de emergencias como la Covid-19. Tampoco tener un doctorado o enseñar en una prestigiosa escuela de medicina. Llame a cuatro o cinco científicos independientemente. Si todos dicen más o menos lo mismo, entonces realmente vale la pena poner algo de lo que ellos dicen en su reportaje”.

Bill Hanage, profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Harvard, en entrevista para Journalist’s Resource”.
EVIDENCIA Y NO MITOS

Uno de los mayores problemas por el que están atravesando organizaciones, gobiernos y personal en salud para empujar el carro de los países para salir adelante es la circulación de mitos o información que habla de curas, medicamentos, hierbas y otros que supuestamente curan la enfermedad, dando lugar a desinformación.

“Difunda información basada en hechos. Durante los brotes abundan los rumores y la desinformación. Asegúrese de chequear la información y de citar fuentes oficiales y confiables. No amplifique las voces de quienes, desde el desconocimiento o la desinformación, aportan a la confusión, la ansiedad y los miedos de las personas. No amplifiquen la estigmatización de las personas afectadas por la enfermedad, sino que, en cambio, difundan mensajes contra estas actitudes. No se hagan eco de rumores o de información falsa”.

Organización Mundial de la Salud
LAS IMÁGENES

“Eviten el uso de fotografías o imágenes de video que puedan contribuir a generar estigma o provocar miedo, como mostrar sólo personas con barbijo o imágenes de personal de salud con el equipo de protección personal para Ébola en África, que no aplica para atender a pacientes con la Covid-19, recomienda la OMS/OPS a quienes toman fotografías.

Como ocurre con otros lenguajes que no son verbales, la fotografía informa y, muchas veces, una toma puede informar más que todo un texto y tiende a quedarse, además, en la mente del usuario/a.

OJO CON LA MÚSICA

A veces quienes informamos nos olvidamos que no sólo el lenguaje verbal informa y comunica, también lo hace el arte. Por ello, cuando en un canal de televisión se usa una pieza musical de suspenso o usada en una película de terror, no se contribuye a mejorar el estado mental de las personas que acceden a la información.

“Eviten el uso de cortinas musicales que generen ansiedad y temor”.

Organización Mundial de la Salud
PERIODISMO DE SOLUCIONES

Finalmente, existe hoy lo que se llama el periodismo de soluciones que busca no sólo reflejar problemas, sino ayudar a construir soluciones a partir de propuestas que se recoge de diferentes actores, sobre todo de aquellos que por su oficio o profesión, pueden aportar con ideas, estrategias y otros.

Como parte de este esfuerzo también se encuentra la necesidad de destacar el rol de las personas que están arriesgando su vida por los demás, tales los casos de personal médico, policial, militar, de limpieza de las ciudades, de producción, venta y distribución de alimentos y, entre ellos, están también las y los periodistas.

“Ante un panorama tan lleno de incertidumbre hace falta rescatar el llamado de Javier Darío Restrepo por lo que llamaba un periodismo por la esperanza”.

Se puede encontrar en el artículo de la Red Ética titulado “Coronavirus: 10 virtudes del periodismo responsable ante la pandemia”.

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