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El siguiente artículo escrito por cuatro expertos en finanzas es un ejemplo sobre cómo las y los profesionales pueden hacer que sus investigaciones lleguen a la población mediante el no uso de terminología técnica y la utilización de párrafos cortos, claros y atractivos.

Por Adrian Fernandez-Perez, Alexandre Garel, Alex Edmans e Ivan Indriawan para The Conversation

Nos gusta pensar que nuestras decisiones de compra están basadas en cálculos racionales y datos, pero también sabemos que están motivadas por emociones. Cuando malgastamos nuestros ahorros en una cena apetitosa, ropa de estilo o lo último en tecnología, ¿estamos realmente pensando en términos de coste y beneficio, o respondemos a estrés, frustración, felicidad o excitación?

Lo mismo se podría plantear en los mercados financieros. La célebre “hipótesis del mercado eficiente” argumenta que los precios de las acciones están basados en cálculos racionales. Pero los inversores son seres humanos, y los seres humanos están afectados por emociones. ¿Son estas emociones transmitidas a los mercados de valores?

Responder a esta pregunta no es fácil porque las emociones no son fácilmente observables. Aunque las emociones se manifiesten en acciones observables, muchas de esas acciones (por ejemplo, el comportamiento o lenguaje agresivo) no son recopiladas en ninguna base de datos.

¿Y si hubiera una forma de calcular el estado de ánimo de un país y relacionarlo con el comportamiento de los mercados financieros? En la era de Spotify, esto se ha vuelto una realidad.

Nuestro artículo, publicado en Journal of Financial Economics, hace uso de la música que los individuos escuchan como una medida del sentimiento nacional que a su vez afecta al comportamiento de los mercados financieros. Esta medida está basada en el concepto de “coherencia del estado del ánimo” (“mood congruency”), es decir, que la música que los individuos eligen refleja su estado de ánimo (por ejemplo, música triste en funerales, música alegre en fiestas, entre otros).

Spotify hace pública la información sobre la música escuchada en un país, así como un algoritmo que clasifica cada canción como positiva o negativa. Usando esta información, en nuestro artículo calculamos el “sentimiento musical”, es decir, una medida del sentimiento de un país expresada por la positividad de las canciones escuchadas por sus ciudadanos.

¿Cómo se suele calcular el sentimiento?

El sentimiento de los inversores se suele definir como su estado de ánimo sobre un mercado o activo financiero en particular. Aunque esta definición es ampliamente aceptada, construir una medida pura del estado de ánimo que no esté contaminada por factores económicos es difícil.

Muchas medidas naturales del estado de ánimo, como pueden ser la confianza de los consumidores, el crecimiento del PIB, la tasa de desempleo, los casos y muertes por el coronavirus, tienen un efecto directo en la economía. Así, por ejemplo, si un aumento en la confianza de los consumidores coincide con una subida en el mercado de valores, esto no necesariamente sugiere que las emociones de los consumidores afecten al mercado de valores.

En cambio, la subida del índice podría ser una respuesta racional a la mejora en las condiciones en el mercado laboral o en la economía. Por tanto, una alternativa sería buscar otros indicadores del estado de ánimo como indicadores viables del sentimiento nacional.

Trabajos anteriores han utilizado cambios bruscos en el estado de ánimo de una nación, pero no en la economía, como por ejemplo los resultados de campeonatos deportivos importantes, como indicadores del sentimiento nacional.

Sin embargo, otros factores ajenos podrían afectar al estado de ánimo. Por ejemplo, un país podría perder en una competición deportiva y, al mismo tiempo, disfrutar de una bajada en el número de casos de covid-19. Así pues, surge nuestra propuesta alternativa de capturar el estado de ánimo de los individuos de un país usando la información de Spotify.

Capturando el sentimiento nacional

Un posible inconveniente con la información de la música escuchada es que los individuos podrían elegir música que neutralizara su estado de ánimo en lugar de música que lo reflejara, por ejemplo, podrían escuchar música alegre para sentirse mejor cuando están deprimidos.

En nuestro trabajo demostramos que este no es el caso. Por ejemplo, el sentimiento musical es más positivo en días soleados y con más horas de luz. Trabajos anteriores ya han demostrado que esos días coinciden con periodos de estado de ánimo alegre. Igualmente, el sentimiento musical es más positivo cuando se reduce la severidad de las restricciones para atajar los contagios por covid-19.

Por tanto, la novedad de nuestro trabajo reside en encontrar una medida que refleje el estado de ánimo nacional. Es decir, la música elegida por los ciudadanos refleja su estado de ánimo, sin importar qué lo ha provocado (el resultado de la selección nacional de fútbol, los casos de covid-19 o cualquier otro factor).

En efecto, se ha demostrado que la información de la música escuchada en Spotify predice la confianza de los consumidores mejor que las encuestas nacionales de confianza del consumidor.

Publiciad de Spotify en la Bolsa de Nueva York
Música y mercados colisionan: la Bolsa de Nueva York celebra la salida a bolsa del servicio de música en streaming Spotify en 2018 (foto: Shutterstock).
Reacción de los mercados

Vinculando nuestra medida de sentimiento con los mercados de valores, encontramos que un mayor sentimiento musical viene asociado con un mayor rendimiento en el mercado de valores del país en la misma semana. Este es seguido por un menor rendimiento en el mercado de valores la semana siguiente, sugiriendo que la reacción inicial fue temporal y generada por el sentimiento de los inversores.

Uno podría sugerir que los resultados solo muestran correlaciones falsas, similar al “efecto Superbowl”, donde la identidad del ganador de la Superbowl predice el mercado de valores de EE. UU., incluso cuando no existe ninguna razón racional o emocional para ello.

En nuestro trabajo demostramos que los resultados son similares en 40 países y, por tanto, no se deben a un par de valores atípicos que pudieran afectar a los datos. También corroboramos que los resultados son robustos en diferentes clases de activos. Aunque nuestros resultados principales están basados en acciones, también observamos que los periodos de sentimiento musical alto están asociados con mayores compras de fondos de inversión de acciones.

Los periodos de sentimiento musical alto también están correlacionados con menores rendimientos en los bonos del tesoro, indicando que en estos periodos los inversores intercambian valores seguros, como bonos del tesoro, por valores con mayor riesgo, como las acciones.

¿Por qué el sentimiento musical es importante?

El objetivo de nuestro trabajo no es ofrecer una estrategia de negociación beneficiosa. En ningún caso sugerimos que los inversores deban calcular el sentimiento musical y usarlo para predecir el mercado de valores.

En cambio, usando una medida novedosa que refleja el sentimiento nacional y que está disponible en 40 países, queremos demostrar que los mercados de valores están influidos por las emociones. Esto sugiere que los inversores deberían ser cautelosos con sus emociones cuando tomen decisiones de inversión.

Nuestros resultados también sugieren que las emociones, antes que los fundamentos económicos, podrían dirigir los precios de las acciones al alza. Por ejemplo, los precios de vehículos eléctricos o productos de inteligencia artificial. Por tanto, los inversores deberían ser cautelosos comprando en una burbuja o vendiendo en un desplome de la bolsa.

Además, este trabajo demuestra el poder del big data para revelar el sentimiento nacional a tiempo real. Al contrario que los eventos deportivos, que son infrecuentes, la música se disfruta en todas partes en cualquier momento. Siendo un lenguaje universal, la música nos permite construir una medida del sentimiento nacional en tiempo real y comparable en todo el mundo.

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